Su elemento calefactor controla la temperatura de sublimación, por lo que no hay formación de ácido sulfúrico, óxidos o sustancias perjudiciales.
El azufre no es tóxico y respeta el medioambiente.
Cuanto mayor sea la pureza del azufre, el olor será menor durante la sublimación.
Funcionamiento: el azufre cambia el pH en la superficie de las plantas y lo transforma en un ambiente hostil para el crecimiento de los hongos.
El mismo pH disminuye significativamente la reproducción de plagas, actuando como un medio efectivo de control de plagas.
Se recomienda dejar de utilizar el sublimador 2 semanas antes de la cosecha.
Frecuencia de uso
Preventivo: de 1 a 4 horas/noche.
Curativo
En ambos casos la frecuencia de uso se debe adaptar a la superficie a tratar.