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Zumo de marihuana, no psicoactivo y con propiedades medicinales

La forma más típica de consumir marihuana siempre ha sido el típico porro, una vez los cogollos secos y envueltos en un fino papel de fumar, preferiblemente sin tabaco. Las extracciones poco a poco se están conviertiendo en la opción preferida para muchos otros, sea el hachís de toda la vida o los más novedosos BHO, Rosin Tech, ceras… Y finalmente los consumibles, desde aceites o tinturas, hasta cualquier comida a la que decidamos añadirles hierba o extracciones. Todas éstas tienen en común el procesado de la marihuana una vez seca. Tanto el curado como el calor generado en la combustión, vaporización o cocinado de la hierba o extracción hace que el THCA presente en la marihuana y que no es psicoactivo, se transforme en THC que sí lo es en un proceso que se llama descarboxilación.

Una de las formas de consumo que se está poniendo más de moda y por muy extraño que suene, es el zumo de marihuana y del que vamos a hablar en este post. Empezamos hablando del doctor William Courtney, doctorado en medicina en la Universidad del Estado de Wayne y licenciado en Microbiología por la Universidad de Michigan, que después de realizar su tesis en el Centro Médico de Psiquiatría de California obtuvo un post-doctorado en Medicina Legal. También es propietario de la web CannabisInternational.org, referente en cuanto a marihuana medicinal en Estados Unidos. El Dr.Courtney es además miembro de la Academia Americana de Medicina Cannabinoide, de la Sociedad Internacional de Investigación sobre Cannabinoides y de la Sociedad del Cannabis Clínico. Impresionante curriculum vitae el de esta eminencia.

Kristen Peskuski, fue diagnosticada con un Lupus Eritematoso Sistémico, una enfermedad rara y autoinmune que va dañando lentamente los tejidos conjuntivos de diversos órganos. Tras tomar más de 40 medicamentos al día sin resultados, decide por propia voluntad probar la marihuana tras leer varios testimonios, para lo que contactó con el Dr.William Courtney que le prescribió cápsulas de marihuana seca y más tarde zumo de marihuana fresco. Tras unas semana consumiéndolos a diario, su estado de salud mejoró totalmente. Y también pese a que le habían dicho que no podría tener hijos, terminó casándose con el Dr. William Courtney y hoy tienen una preciosa hija.

Por otro lado el doctor Donald I. Abrams, profesor de medicina clínica en la Universidad de California en San Francisco y jefe de la División de Hematología y Oncología del Hospital General de San Francisco, también avala el uso de marihuana cruda tras años de investigación sobre las diferentes aplicaciones de marihuana con fines terapéuticos. La mayoría de pacientes a los que ambos han recetado cannabis crudo, terminan abandonado los medicamentos que estaban usando y su salud es mucho mejor.

 

En el cannabis verde hasta el 90% de THC que es el ingrediente psicoactivo está realmente presente en la forma THCA, un ácido carboxílico que no es psicoactivo. Cuando la marihuana se seca o se somete a calor, se produce la descarboxilación, que es la transformación de estos cannabinoides ácidos en sus formas neutras y psicoactivas. El cannabis ingerido en fresco apenas tiene efectos psicoactivos, pero sus propiedades ejercen un efecto neuroprotector que puede ayudar a prevenir la degeneración de la dopaminérgica en neuronas con parkinsonismo. La marihuana cruda también contiene terpenoides, flavonoides y alcaloides que en su gran mayoría se pierden durante el proceso de descarboxilación. Estudios afirman que algunos de ellos aumentan el flujo sanguíneo en la zona cerebral y mejoran la actividad cortical. También son capaces de destruir patógenos respiratorios y ejercen un efecto antiinflamatorio en general.

CÓMO SE HACE EL ZUMO DE MARIHUANA

En primer lugar siempre se debe tener en cuenta que la temperatura es lo más importante en este caso, no interesa que el THCA se convierta en THC, ya que un simple sobrecalentamiento hará que el zumo tenga una psicoactividad que igual no pretendemos. Mientras que de THCA se puede consumir de 500 a 600 mg sin que cause ningún efecto psicoactivo, 10 mg de THC ingeridos tiene un importante efecto psicoactivo.

Las plantas que vayamos a usar para el zumo, preferiblemente serán procedentes de cultivos orgánicos y con métodos veganos, huyendo de cualquier tipo de fitosanitario o fertilizantes foliares, tengamos en cuenta que cortaremos los cogollos y los usaremos inmediatamente, no existe un período para que se degraden ciertos compuestos perjudiciales.

El Dr. Courtney recomienda empezar por 1-3 gramos de cogollos frescos, con los tricomas trasparentes o lechosos evitando si están ámbar, punto en el cual también comienza la degradación del THCA en CBG. Se puede aumentar las dosis hasta los 10-15 gramos de cogollos por día, complementando además con unas 15 hojas grandes y 2 yemas crudas por día.

El sabor del jugo de marihuana no es agradable, pero ésto se puede mejorar si usamos cualquier tipo de fruta o verdura, desde manzanas, peras o fresas, hasta zanahorias, pepino o brócoli. Una proporción de 1 parte de marihuana por 10 de fruta y/o verdura, es una proporción ideal. Lo mejor, es primero licuar las frutas o verduras junto con las hojas, para después con una batidora terminar batiendo este jugo con los cogollos de marihuana.

La cantidad de marihuana cruda que se necesita para hacer zumo es importante y no estará seguro al alcance de todo cultivador, además de que muchos tampoco disponen de marihuana fresca todo el año. Una buena opción es hacer una gran cantidad de zumo de cannabis y congelarlo en pequeñas bolsas o cubiteras de hielo para usar en otras ocasiones sin que pierda sus importantes propiedades.