Desde ahora y hasta el mes de octubre, es la mejor época para el cultivo de variedades autoflorecientes. Con las temperaturas en ascenso, al igual que la cantidad de horas de sol, se pueden conseguir los mayores rendimientos. Este tipo de variedades cuentan con varias particularidades que las hacen diferentes a la típica marihuana fotodependiente. Evitando una serie de errores y siguiendo estos consejos que te traemos hoy, conseguirás unas plantas automáticas que serán la envidia de cualquiera.
Las variedades autoflorecientes tienen todas un comportamiento similar. Crecen durante unas 4 semanas, algunas un poco antes y otras un poco después, y comienzan a florecer independientemente del fotoperíodo. Por éso se consideran plantas con un período de crecimiento limitado y que en gran parte su producción, depende del tamaño que alcancen antes de que comience la fase de floración.
Durante estas 3-5 primeras semanas, debemos evitar cualquier tipo de estrés que pueda frenar el crecimiento de las plantas. Y un trasplante siempre será un posible factor de estrés y dos días que tarde la planta en recuperarse, serán dos días de crecimiento perdidos. En general las plantas de marihuana agradecen los trasplantes, pero no las autoflorecientes.
Con respecto al punto anterior, con las variedades autoflorecientes siempre conviene cultivarlas en grandes macetas. Siempre serán mejor de 20 litros que de 15. Y siempre mejor de 15 que de 10. El motivo es que una planta siempre crecerá lo que le permitan sus raíces.
Será prácticamente imposible conseguir una planta autofloreciente de 1 metro en una maceta de 5 litros, ya que las raíces llegará un momento que no tengan espacio disponible para continuar creciendo. Pero sí es posible conseguir que supere este tamaño cuando se apuesta por un gran contenedor de 20 litros.
Para que las plantas crezcan lo máximo posible antes de comenzar la floración, ya tenemos claro que debemos usar una gran maceta en lugar de realizar trasplantes. Pero también influye el uso de un buen sustrato. Las raíces de las plantas de marihuana prefieren siempre un suelo aireado. Los sustratos específicos para marihuana siempre incluyen una buena cantidad de perlita o fibra de coco que proporciona una estructura perfecta.
Que contenga más o menos cantidades de nutrientes es indiferente y dependerá del gusto del cultivador. Con un sustrato enriquecido es posible que durante la fase de crecimiento no se precise ningún tipo de abono. Con uno ligero, se debe comenzar a abonar en 7-10 días ya que los nutrientes se agotarán enseguida.
Las podas no se llevan bien con las variedades autoflorecientes por una sencilla razón. Las plantas siempre se deben podar en crecimiento, ya que una vez comienza la floración dejan de crecer, primero gradualmente en la fase de transición y primeras semanas de floración, y completamente poco más tarde. Una poda realizada justo antes de la floración, apenas tendrá tiempo para que ésta produzca el efecto deseado, que es una mayor ramificación.
Las variedades autoflorecientes de por sí son plantas que no alcanzan un gran tamaño. Aunque en algunos casos como las SuperAutos, pueden llegar a superar los dos metros de altura. Si ésto fuese un problema, la mejor opción siempre será doblarlas que realizar una poda. Lo único que conseguiremos con podas, será mermar la producción.
