Las semillas autoflorecientes se caracterizan por no depender de fotoperíodos. A diferencia de las variedades fotodependientes o las de toda la vida que se rigen por la cantidad de horas de luz para para crecer y florecer. Cuando los días crecen, las plantas crecen. Y a partir del solsticio de verano cuando los días comienzan a decrecer, las plantas florecen. Por tanto el cultivo de autoflorecientes es algo diferente del de otras variedades y en este post te contamos algunos trucos con el que podrás conseguir el máximo rendimiento.
Ya que este tipo de variedades no dependen de fotoperiodos, siempre se conseguirán los mejores rendimientos cuando las horas de sol son las máximas de todo el año. Siempre que se pueda y el tiempo lo permita, la mejor fecha para germinar autoflorecientes es a lo largo de la primavera y hasta el solsticio de verano, que tiene lugar a finales del mes de Junio. En unos 2-3 meses dependiendo de la variedad autofloreciente, estarán listas para cosechar, así que como cualquier otra, ponte como fecha límite para su cosecha la llegada del otoño.
Todas las autoflorecientes tienen siempre un comportamiento idéntico. Crecen durante unas 3-5 semanas y comienzan a florecer. Los trasplantes suponen un estrés para cualquier planta, algunas de ellas reaccionan frenando el crecimiento unos días. En una variedad que tiene una fase de crecimiento limitada, ésto significará que no alcanzará la altura máxima antes de que comience la nueva fase de floración. Y en el caso del cultivo de autoflorecientes las plantas que alcancen mayor tamaño, serán también las más productivas.
Relacionado con el consejo anterior, el uso de grandes macetas hará que se consigan las plantas más grandes. Y por lo tanto también las mejores cosechas. En lugar de realizar trasplantes siempre es mejor optar por usar macetas o contenedores de gran capacidad desde el primer momento. De al menos 11-13 litros. O mejor aún plantar en suelo, haciendo un buen hoyo y rellenando con un buen sustrato.
En el cultivo de autoflorecientes, cuantas más horas de luz aportemos a las plantas mayor será su producción. Usar durante todo el cultivo un fotoperíodo de 18/6 o 20/4 es siempre la mejor opción. El consumo energético lógicamente será mayor, pero las plantas lo agradecerán con mejores cosechas. Y al final todos lo que buscamos es el máximo rendimiento de cualquier variedad, autoflorecientes o fotodependiente.
Si los trasplantes como hemos dicho suponen un estrés, una sobrefertilización durante el crecimiento es fatal. Las plantas no conseguirán reponerse. Usar un buen sustrato cargado de nutrientes de calidad será vital para que las raíces tengan un buen lugar para desarrollarse. También nos evitaremos tener que usar cualquier tipo de abono de crecimiento. Cuando se agoten los nutrientes las plantas es probable que ya se encuentren en fase de floración. Y es aquí donde ya debemos comenzar a usar abonos y aditivos para esta nueva fase.
