Hace unos meses se publicó un estudio en el que se explicaba cómo la marihuana y el alcohol afectan a las relaciones sexuales, y para lo que Joseph Palmar y otros investigadores de la Universidad de Nueva York encuestaron a 24 adultos en total, 12 hombre y 12 mujeres, preguntando sobre de sus propias experiencias sexuales bajo los efectos de cada una de las dos sustancias, tanto en cantidades excesivas como en dosis bajas, y estas fueron las conclusiones:
Tanto hombres como mujeres han reconocido que el alcohol les hacía bajar su listón a nivel físico y de carácter a la hora de buscar y encontrar otras personas con las que mantener relaciones sexuales, llegando en muchos casos al día siguiente a no recordarlo o querer olvidarlo.
Con la marihuana en cambio, los entrevistados tienden a reconocer que ésto o no sucede o sucede con mucha menos frecuencia. Ésto es en gran parte a que la marihuana propicia el sexo con gente más cercana, mientras el alcohol lo hace más con desconocidos.
Como comentábamos en el punto anterior, bajo la influencia del alcohol las emociones negativas están ligadas a que el sexo siempre está más relacionado con desconocidos. Hombres y mujeres de la encuesta hablaban de arrepentimiento y vergüenza asociadas con el consumo y efectos causados por alcohol más frecuentemente.
Ésto es poco frecuente cuando se habla del cannabis, donde las personas se muestran más sociables tanto antes como después de las relaciones sexuales, sin la sensación de arrepentimiento más asociada al consumo de alcohol. También influye el que la marihuana es una sustancia más de consumo privado e íntimo.
Varios de los encuestados dijeron haber sufrido nauseas, mareos, vómitos o incluso pérdida del conocimiento manteniendo relaciones sexuales bajo los excesos del alcohol. Alguno afirmó haberse quedado dormido y otro que tuvo varias veces que interrumpir el acto sexual para ir a vomitar.
Cuando se les preguntó por la marihuana, la mayoría afirmó que los efectos negativos relacionados son menores, además de que todos ellos son más mentales que físicos, como distracción o paranoia, cómo la abstracción en cuestiones intrascendentes que se tienden a olvidar en segundos.
Los participantes alegaron que el sexo bajo la influencia de la marihuana es más emotivo y lleno de sensaciones, más sensibles físicamente lo que les hace disfrutar más. Los orgasmos según los encuestados, resultan ser más intensos y prologados con el cannabis.
El alcohol en cambio tiene un efecto entumecedor, con una sensación de ralentización que limita los estímulos sensoriales. Otro de los casos típicos del alcohol y el sexo es la incapacidad momentánea de llegar al orgasmo o incluso para mantener una erección o lubricación vaginal.
Varios hombres afirmaron que sentían más confianza con cantidades moderadas de alcohol, mientras que algunas de las mujeres dijeron que se sentían más atractivas estando ebrias.
Con la marihuana y siempre dependiendo de la variedad, casi todos coincidieron en que se sentían un poco más conscientes de sí mismas y con una actitud más desinhibida.