Una de las primeras dudas que le surge al cultivador principiante, es la elección de la variedad y más concretamente elegir entre semillas regulares o feminizadas. ¿Son mejores unas u otras? ¿En qué se diferencian? ¿Cuales me convienen más? Os daremos unas pequeñas pistas para que tengas un poco más claro por cuales optar.
Las semillas regulares o estándar, o simplemente semillas de marihuana hasta la aparición de las semillas feminizadas, son semillas obtenidas del cruce de una planta hembra con una planta macho, el mismo sistema de reproducción que el nuestro, el macho es el donante de polen que fecunda las flores sexuales de las plantas hembra, formándose las semillas, el precioso y mágico ciclo de la vida.
El cannabis es una especie diploide, las plantas XX son genéticamente femeninas y las plantas XY son masculinas y aunque existen plantas triploides y tetraploides, las dejaremos para otra ocasión. El macho aporta su genética mediante el polen y que puede ser X o Y, y la hembra mediante el óvulo. De esta unión nace una célula diploide, llamada zigoto, que se comenzará a dividir en XX hembra o XY macho. El resultado siempre es aleatorio y aunque hay diferentes teorías, en ocasiones se trata tan solo de mitos, el sexo de una planta se define desde la formación de la semilla y no se podrá variar su sexo.
Las semillas feminizadas son aquellas de las que se obtienen tan sólo hembras. El cannabis a la hora de producir flores de uno u otro sexo se ven influenciadas por varios genes que responden a estímulos provocados por algunas condiciones climáticas, como pueden ser temperatura, luz o factores nutricionales que pueden desencadenar la aparición flores del sexo opuesto. Casi podríamos afirmar que cualquier planta hembra sometida a cambios constantes de fotoperíodos, el estrés más común a la que pueden verse sometidas las plantas de cultivadores, mostrará alguna flor macho.
Si regresamos un momento a las semillas regulares, donde vemos que el macho XY es el que aporta el sexo X o Y a la descendencia… ¿Qué sucedería si en lugar del polen de un macho se usase el de una flor macho producido por una hembra XX? Pues efectivamente no te equivocas, el resultado será hembra XX en el 99% de los casos, ya que en nuestra ecuación no nos encontramos la Y por ningún lado.
Las técnicas de feminización, que comenzaron a principios de los 2000 hasta un total perfeccionamiento, han abierto un mundo de posibilidades tanto para profesionales como para aficionados. Mediante una serie de elementos químicos aplicados sobre los cogollos de plantas hembra, consiguen el estrés hormonal suficiente para forzar la aparición de numerosas flores macho que polinizarán las propias flores hembra, lo que se conoce como autopolinización o S1, como puede ser la S.A.D S1 de Sweet Seeds, White Widow de Dinafem Seeds o Auto Northern Light de Sensi Seeds, todas autofeminizaciones de una sola variedad en concreto. De igual modo si ese polen se usa con otra hembra se obtienen semillas feminizadas, en ocasiones cruces que mejoran ambos o proporcionan sabores muy concretos.
Pues en principio ambas son buenas, si bien dependiendo de los gustos o necesidades de cada cultivador, unos prefieren unas u otras.
Pero como el cultivador avanzado ya tiene claras las diferencias y ya hay poco que explicarle, pensaremos más en el cultivador principiante que en la mayoría de los casos y como así nos lo hacen saber, tienen miedo sobretodo a los machos, por lo que por lo general optan por las feminizadas por ir a tiro fijo y asegurar un cultivo de hembras y sobretodo, el peligro que genera un macho no localizado.
Diferenciar una hembra de un macho es sencillísimo, es como diferenciar una vaca de un toro, ya a lo lejos se distinguirán por las pelotas, no hay margen de error posible. Las flores de las plantas macho son pequeñas pelotitas inconfundibles, revisando la planta sobretodo cuando comienza la floración cada 2-3 días es suficiente para detectar un macho a tiempo, tendremos además alguna semana desde que comienzan a formarse las flores hasta que se abren y expulsan el polen que fecundaría nuestras plantas hembra. Si en ese tiempo no lo descubrimos, tendremos dos problemas: no con unas plantas llenas de semillas, y otro más grave visual por no haber visto un toro a 20 cm. Así lo que dicen que las feminizadas son mejores para los principiantes, lo dejamos en un mito, las semillas regulares o feminizadas son igual de buenas para principiantes.
En cuanto al vigor de las semillas regulares o feminizadas, pues las semillas son como cualquier ser vivo, dentro de una gran población hay un estándar medio, siempre con individuos que destacan por unas mayores o peores características. Dentro de un paquete de semillas nos podremos encontrar normalmente con plantas homogéneas, todas más o menos siguiendo el mismo patrón de crecimiento y floración, pero en ocasiones nos podemos encontrar alguna planta que destaque entre sus compañeras, tanto para mejor como para peor, desde super plantas que luego dan origen a los famosos clones élite, hasta plantas con un crecimiento pobre o potencia más floja, aunque lo habitual no es ni una cosa ni la otra y se trata de raras excepciones. Ésto sucede tanto con las semillas regulares o feminizadas, si bien se puede comprobar una ligera influencia de un macho XY en el vigor, por lo que en principio las regulares gozarían de un poco más de vigor por este factor.
Se suele decir que las madres, suelen durar más las seleccionadas de semillas regulares que las de feminizadas, y ésto es verdad, las feminizadas llega un momento que comienzan a florecer aún con un fotoperíodo de 18/6 o 20/4, siendo muy complicado su conservación. Estamos hablando de un par de años, mientras que las regulares hay madres con decenas de años que mantienen un perfecto vigor, como puede ser el caso de la madre de la SAD S1 de Sweet Seeds, una Black Domina de Sensi Seeds muy conocida por ganar un copa en el año 1998. Casi 20 años después, es un esqueje elite que el que tenga la ocasión de probar coincidirá en que es una verdadera delicia. Así que si lo que buscamos es hacer una buena selección buscando una planta que dure años, sería mejor optar por semillas regulares.
Este cierta inestabilidad hormonal también hace que las plantas feminizadas sean también más sensibles a los estrés y que hace que muestren con mayor facilidad flores macho. No se trata de casos de hermafroditismo, si no a la respuesta de los genes de los que hablamos anteriormente frente a determinados estímulos, como son contaminaciones lumínicas, estrés hídrico o excesos de nutrientes. Tampoco es algo habitual, las semillas feminizadas suelen ser muy estables.
El único inconveniente de las regulares, son los machos, aunque en ocasiones son también una bendición pues no dan la posibilidad de hacer nuestros propios cruces y obtener semillas regulares. Aunque no hay un porcentaje fijo, suelen salir en un 20-30% de machos, en un paquete de 10 semillas regulares tienden a salir 2 o 3 machos. Claro que en otro puede salir sólo 1 y en otro 5. Mientras que con las semillas feminizadas podemos germinar una semilla y conseguir una excelente cosecha, con las regulares con una nos arriesgamos a que salga macho, e incluso con dos, simples cuestiones estadísticas nos pueden romper el cántaro del cuento de la lechera por lo que siempre se deben germinar al menos 3 para asegurar una hembra. Con suerte, conseguiremos 3 hembras.
En cultivos de interior partiendo desde semilla, el típico cultivo de 1 mes de crecimiento y floración, nos podemos encontrar en que los machos no sexen hasta la segunda o tercera semana de floración, una faena si de 10 plantas quitamos 3, nos quedarán huecos que si la variedad no es muy ramificada, no se conseguirán rellenar y dejaremos de cosechar unos valiosos cogollos, por lo que las feminizadas en esta ocasión sean quizá la mejor opción, asegurando siempre hembras.
Para terminar, si contamos con un espacio limitado en exterior para unas 3 o 4 plantas y queremos tener variedad, las semillas feminizadas como ya hemos dicho nos garantizarán con 3 o 4 semillas de diferentes variedades, el mismo número de hembras, mientras que como también hemos comentado con las regulares debemos apostar por mínimo 2 o 3 de cada variedad. Si salen más hembras de las esperadas y te da pena deshacerte de ellas, el sitio destinado a 3 o 4 plantas se pueden convertir en una selva.
Semillas regulares o feminizadas, feminizadas o regulares, tú eliges. En Cannabislandia tenemos las mejores semillas de los mejores bancos del momento, si te cuesta decidir aún después de todo ésto, estaremos encantados de ayudarte.