La raíz es la zona más importante de las plantas de marihuana y a la que muchos cultivadores no prestan toda la atención que merecen y deberían. La raíz es el primer órgano embrionario que se desarrolla durante la germinación de la semilla. Cuando ponemos a germinar en una semilla con el típico sistema de las servilletas húmedas, la primero que veremos cuando se abra es una porción que constituye la radícula, que una vez comience a desarrollarse llegará a constituir la raíz primaria.
Las raíz primaria de las plantas de marihuana es un tipo de raíz conocida como pivotante, axonomorfa o fusiforme. Una vez en el sustrato crece verticalmente hacia abajo formando un centro o pivote del cual otras raíces secundarias comenzarán a brotar. Las principales funciones de las raíces son la de absorber agua y minerales del suelo y traspostarlos hasta las hojas, en donde se transforman en compuestos orgánicos gracias a la fotosíntesis.
Además también sirven de fijación de las plantas al suelo y las hacen sostenerse en pie. Cualquier se puede imaginar que una planta de 3 metros de altura sin un buen anclaje al sustrato, tarde o temprano terminará en el suelo por su propio peso o frente a condiciones adversas como viento o lluvias. Proporcionarle a las plantas el suficiente espacio para el desarrollo de las raíces es imprescindible tanto para el crecimiento de la propia planta como para su sujeción al sustrato.
Por ser la zona de la planta oculta, muchos cultivadores no le prestan la atención que merecen sin tener en cuenta que cualquier problema en es sistema radicular se verá reflejado en el desarrollo del cultivo, pudiendo incluso a ser problemas fatales que pueden terminar con la vida de las plantas. Tengamos en cuenta la cantidad de hongos patógenos y enfermedades habitan el suelo, y que sólo precisan unas condiciones favorables para desarrollarse y encontrar un huésped que atacar.
Unas raíces sanas siempre garantizarán plantas sanas. Es lo primero que se debe plantear a la hora de cultivar marihuana, darle a las raíces el mejor soporte para su desarrollo. Contar con sustratos de calidad, compostados y esterilizados, que no contengan hongos patógenos por material orgánico aún en descomposición o semillas de malas hierbas, es siempre un punto a favor. Un buen sustrato además ha de ser esponjoso, nunca compacto ya que a las raíces le costaría más expandirse.
Los fabricantes de sustratos emplean materiales como perlita, fibra de coco, musgo, turbas, etc, con lo que además de dar esponjosidad que facilitan la oxigenación de las raíces, consiguen aumentar el poder de retención de líquidos, algo también muy importante. Que contenga más o menos cantidad de nutrientes es indiferente, algunos cultivadores desde los primeros días quieren llevar un control total de los nutrientes y optan por sustratos light, otros prefieren usar un sustrato enriquecido y olvidarse de los abonos hasta que los nutrientes del suelo se agoten.
También podemos favorecer un buen desarrollo radicular y una inmejorable salud de las raíces con el uso de una serie de productos como micorrizas, trichodermas, enzimas o estimuladores radiculares. Las micorrizas con hongos beneficiosos que están presentes de forma natural en más de un 90% de los árboles y plantas. Se trata de la simbiosis entre un hongo y una raíz en que ambos salen obtienen beneficios, la raíz recibe del hongo agua y nutrientes procesados, y el hongo recibe de la planta hidratos de carbono y vitaminas que por si sólo no es capaz de procesar.
Trichodermas harzianum es un hongo beneficioso que posee unos metabolitos aptos para combatir las enfermedades fúngicas de las plantas sin dañarlas, sin perjudicar el medio ambiente y que puede ayudar a incrementar la producción hasta entre un 10 y un 15% por ciento ya que aumenta la captación de agua y nutrientes del suelo. El hongo forma un escudo alrededor de las raíces que las protege contra Pythium, Rhizoctonia, Fusarium, Sclerotinia o Phytophthora.
Las enzimas hacen rápidamente disponibles los nutrientes del suelo, ya que descomponen la materia orgánica y la convierten en un formato que las raíces pueden asimilar fácilmente. Mucha de esta materia orgánica muerta es producida por las propias raíces de las plantas durante su desarrollo, con lo que se evita que hongos patógenos se alimenten de ella. También favorece el desarrollo de hongos y bacterias beneficiosas liberando azúcares naturales en el medio tras procesar esta materia orgánica.
Los estimuladores de raíces como su nombre indica estimula la creación de nuevas raíces, recupera suelos dañados y acelera el crecimiento de las plantas sin consumir sus recursos y evitando situaciones de estrés. Suelen contener hormonas del crecimiento, aminoácidos, nutrientes en cantidades específicas o cualquier otra formulación que en las primeras fases del cultivo o tras los trasplantes, favorezcan la formación de nuevas raíces.
Realmente toda la planta contiene cannabinoides, no sólo se concentran en los tricomas de los cogollos. Un estudio realizado en Canadá y publicado en el año 2012, constató que la variedad de cáñamo Finola aparte de CBD en una concentración de aproximadamente el 2,4% en las flores, hojas, tallos y raíces contenían 0,5%, 0,04% y 0,004%, además de una sustancia conocida como hexanoil-CoA, en concentraciones del 15,5%, 4,0%, 2,2% y 1,5%, respectivamente. Aunque no hay estudios sobre las variedades de alto contenido en THC, es probable que sus raíces también presenten concentraciones de cannabinoides.
En EEUU muchos cultivadores además de los dispensarios utilizan preparados elaborados con las raíces del marihuana que proporcionan un alivio a una serie de dolencias. También existen algunas cervezas caseras fabricadas con raíz de cannabis, cociendo a fuego lento la raíz seca y en polvo durante doce horas o más antes de colarla y beberla. También se puede reducir hasta conseguir un líquido viscoso del color negruzco que forma una base para tinturas, linimentos y otros medicamentos tópicos.
