Cuando uno piensa en marihuana, normalmente lo relaciona con los efectos que produce esta planta cuando se fuma. Sea con fines lúdicos o terapéuticos, a día de hoy sigue siendo el método de consumo más extendido del mundo. Le siguen las vaporizaciones, comidas y bebidas. Siempre el gran olvidado es su uso tópico, sea en cremas, pomadas, bálsamos o ungüentos.

Hace ya miles de años, los antiguos egipcios usaban preparados con esta planta. La mezclaban con grasa y sus poderes curativos se han podido documentar en algunos papiros hallados. También en la Grecia antigua era común usarla para tratar hemorragias, úlceras o heridas. Más recientemente, entre los siglos XIV y XVIII, varios estudiosos certificaron sus cualidades, usándose para tratar desde quemaduras hasta picaduras de determinados insectos.

Estudios más recientes han aportado más luz. Se ha podido demostrar los potentes efectos analgésicos, antisépticos y anti-inflamatorios de la marihuana en usos tópicos. Además se ha conseguido saber que posee la propiedad de acelerar la regeneración y cicatrización de heridas. Uno de estos estudios publicado por «Journal of Pain and Symptom Managent«, mostró que puede ser de gran ayuda en el tratamiento de heridas que afectan a personas con cáncer.

Como no, el secreto se encuentra en los cannabinoides además de en determinados terpenos. Éstos pueden ser absorbidos muy fácilmente por la piel, incluso en heridas abiertas aunque con ciertos matices. Se deben evitar principalmente aquellas heridas con sangrado. Los cannabinoides proporcionan un alivio del dolor rápido, además de que sus propiedades bactericidas y antibióticas son capaces de curar casos de eccemas, herpes o psoriasis entre otras enfermedades cutáneas. Y entre los terpenos destaca el linalool, que tiene propiedades contra el dolor y de enfriamiento, lo que lo hace un gran aliado para el tratamiento de quemaduras.

La marihuana en el cuidado de la piel

Mención aparte merecen los productos que también incluyen aceite de semillas de cannabis. Éste es un aceite muy rico en ácidos grasos esenciales, como es el caso del ácido linoleico que mejora la calidad de la piel. También contiene antioxidantes que luchan contra los radicales libres, responsables del deterioro del cuerpo y también de la piel producido por la edad. Y por supuesto, contiene gran cantidad de vitaminas y en especial vitamina E, que aumenta el flujo sanguíneo y reestructura la epidermis.

En la piel se encuentran también muchos receptores del sistema endocannabinoide. Ésto es importante ya que permite que el uso de pomadas, cremas o ungüentos sea muy eficaz. Estos receptores se nutren con los fitocannabinoides del cannabis y llegan a ser más efectivos que aplicándolos por otros métodos menos directos. Y además cuenta con la ventaja de que usados así, carecen de efectos secundarios y muestran un alivio del dolor casi instantáneo.

De todos los cannabinoides, sin duda es el CBD el que más beneficios representa para el cuidado de la piel y en el tratamiento de enfermedades cutáneas. Es por ello, además de por tratarse de un cannabinoide legal pues no tiene efectos psicoactivos, que son muchos fabricantes los que han decidido incluirlo en sus fórmulas. Cibdol, CBD Cure, MyCBD o Trompetol, entre muchos otros, elaboran todo tipo de bálsamos, pomadas, ungüentos o aceites de masajes para tratar todo tipo de problemas. Desde eccemas y psoriasis, hasta acnés, artrosis o artritis.