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¿Por qué tus padres nunca te han hablado de la marihuana?

¿Nunca te has parado a pensar el por qué tus padres nunca te han hablado de la marihuana? ¿Por qué para toda una generación fue un tema tabú? Hoy en día es muy fácil encender el ordenador e informarse de cualquier tema y sacar cada uno sus propias conclusiones. Lo que menos se necesita son medios de comunicación partidista que en lugar de noticias den opiniones, muchas veces influenciada por intereses, creando influencias negativas que no se ajustan a la realidad.

Nunca se ha hablado tanto de marihuana como en estos últimos años. Posiblemente el pistoletazo de salida lo dio y, quien lo fuese jamás a imaginar, Arnold Schwarzenegger cuando, siendo gobernador de California en el año 2010, fue el primero en abrir el debate y en despenalizar el cannabis en un estado de Estados Unidos. Más tarde Colorado sería el primer estado en legalizar la marihuana recreativa. Washinton, Columbia, Oregon, Alaska y recientemente Nevada, California y Massachusetts también permiten el cannabis recreativo. Además Florida, Nevada, Maine, Montana y Dakota del Norte parecen más que dispuestos a aprobar leyes que regulen el cannabis medicinal, un primer paso para la legalización también recreativa.

¿No resulta curioso que el país culpable de la ilegalización mundial de la marihuana, sea ahora el primero en dar los primeros pasos para una legalización mundial? Hubo varios intentos anteriores de ilegalizar el cannabis en EEUU, hasta que en 1961 por la Convención Única sobre Estupefacientes, se clasificó junto con la heroína y el LSD como una droga de Nivel I, con el más alto potencial de abuso y ningún uso médico aceptado. Sin ningún informe científico que avalase esta afirmación, y con algunas investigaciones que ya comenzaban a aportar datos positivos de los efectos de los cannabinoides, la ilegalizaron y punto.

Se podría pensar que los grandes lobbys tuvieron mucho que ver, como presiones de los grandes magnates del petróleo ya que vieron en el cáñamo una planta que hacía peligrar sus negocios. El propio Henry Ford fabricó un coche con carrocería de fibras de cáñamo y resinas vegetales, más resistente que el acero y que funcionaba con biocombustible de cáñamo. O que el cáñamo era una solución viable a la deforestación de bosques, pues ofrecen más celulosa por año que cualquier gran árbol. Como decíamos, la ilegalizaron y no sólo eso, sino que invirtieron millones y millones en perseguirla e incluso llegando casi a extinguirla, como sucedió en México que en la década de los 70 se convirtió en el principal invernadero de EEUU y el gobierno decidió erradicar las cosecha usando el herbicida paraquat que trajo serias consecuencias medioambientales.

Uno de los pasos de los gobiernos cuando crean leyes, es hacer creer que son necesarias, incluso cuando son perjudiciales para la población. Consideraron la marihuana un problema, cuando hasta entonces nunca lo había sido, e hicieron creer a la población que era un problema y, como dice el gran mito, «es la puerta de entrada a otras drogas». Una población que hasta entonces había convivido con la marihuana sin ningún tipo de consecuencia negativa. En este clima, con todos los medios de comunicación en contra de la marihuana y sin que uno mismo pudiese acceder ni siquiera a una segunda opinión, es donde toda una generación ha crecido con el concepto de que la marihuana «es malísima, mata neuronas y te deja tonto». Si muchos padres no han hablado de la marihuana a sus hijos, simplemente ha sido por total desconocimiento.

Pero nada más lejos de la realidad, tan sólo basta leer los artículos científicos que respaldan que la marihuana es una de las medicinas naturales más potentes, además de que todo o prácticamente todo lo que han inculcado en la sociedad son sólo mitos y mentiras. Y tanto es así, que de nuevo los grandes lobbys que ahora pretenden descriminalizar la marihuana, están intentando desterrar palabras como «droga, fumeta o incluso marihuana» cambiándolas por «sustancia, consumidor y cannabis». Podremos comprobar como a poco las generaciones que vienen detrás las emplearán más que nosotros. ¿A que nadie se refiere al bebedor de vino o al fumador de tabaco como «borrachos o fumados»?

Con estadísticas reales en la mano, se puede comprobar como por ejemplo en los estados de EEUU, donde se ha legalizado el cannabis recreativo, ha disminuido el consumo en menores de edad. Curioso que con un acceso más fácil a la hierba, los jóvenes consuman menos… ¿O quizá los jóvenes están más y mejor informados que nosotros a su edad? Desde luego información hay la suficiente como para descubrir todos los secretos conocidos de la marihuana.

Los padres de las nuevas generaciones, que somos nosotros, ya hemos crecido en otro ambiente, conocemos los pros y contras de la hierba y podemos contar abiertamente a nuestros hijos lo que a nosotros no nos contaron o nos contaron simplemente por lo que ellos habían escuchado. Una vez EEUU ha comenzado a legalizar el cannabis no hay vuelta atrás, tarde o temprano todos los países que se han visto sometidos a la absurda ilegalización, terminarán cediendo y permitirán tanto el cultivo como el uso de marihuana recreativa y medicinal, no estará peor vista como lo está el alcohol o el tabaco.

Y, visto que en EEUU, las arcas de los estados donde es legal han ingresado cientos de millones de euros, podría llegar a ser un alivio para muchas economías. Sólo en California se ha demostrado que los ingresos anuales pueden llegar a los 14.000 millones de dólares, además de un ahorro de 9.000 millones en gastos dirigidos a combatir la ilegalización (policías, jueces, abogados de oficio…). Se puede sumar también el ahorro farmacéutico de medicamentos con receta, que ha disminuido y según Medicare, el programa de seguro de salud de EEUU, sería de entre 450 y 500 millones de dólares al año.

Nuestros padres tendrán que acostumbrarse a hablar de marihuana y quién sabe si la pueden llegar a usar. Nadie duda ya del poder medicinal de esta planta y finalmente el sentido común terminará imponiéndose. Tan sólo queda esperar que pase el tiempo.