Si la semana pasada os dábamos algunas de las explicaciones del por qué la marihuana nos hace reír, esta semana hablaremos de otro de los efectos más característicos de la marihuana, y que no es otro que los ojos rojos, algo que todo consumidor padecerá inmediatamente después de fumar un porro y se pueden prolongar hasta varias horas. Si en el caso de la risa no existe aún una evidencia exacta por falta de investigación y todo apunta a datos por separado, para los ojos rojos sí contamos con una base científica.
En primer lugar debemos irnos al THC o tetrahidrocannabinol, el cannabinoide psicoactivo de la marihuana y también responsable del humor y risas que genera en quien la consume. Entre sus muchas propiedades, también destaca la de la disminución de la presión arterial, lo que hace que los vasos sanguíneos se dilaten y aumenta el flujo sanguíneo en todo el cuerpo. También los vasos sanguíneos de los ojos se dilatan y la sangre circula más rápido y de una forma más visible de lo que lo hace normalmente, siendo el principal motivo de los ojos rojos.
Y no, de ninguna manera es causa del humo del porro, pues otros métodos de consumo de marihuana como ingerida también está demostrado que causa la típica rojez que ya hasta la sociedad identifica con la marihuana y sus efectos, independientemente de la causa que pueden ser desde alérgicos, resfriados, al abuso del alcohol o hasta del tabaco.Pero, ¿son realmente malos los ojos rojos? Pues de nuevo la ciencia sale en defensa de la marihuana, pues se ha demostrado que el THC es de valiosa ayuda para los pacientes que padecen glaucoma.
El glaucoma en una enfermedad del ojo que de manera gradual va robando la visión, y que por lo general no presenta síntomas. En casos más severos puede resultar en la pérdida de la visión de manera repentina. Uno de los principales síntomas de esta enfermedad es la presión intraocular creciente que, eventualmente, puede conducir a un daño del nervio óptico. El cannabis es una manera muy eficaz de aliviar esta presión intraocular. Si bien no es realmente una cura, permite a los pacientes poder vivir con la enfermedad, sin que sea una amenaza para su vista.
Varios estudios señalan las ventajas de la marihuana medicinal, capaz de aliviar la presión un 25% más eficazmente que los vasos dilatadores que se venden en las farmacias, siendo a día de hoy, la única medicación verdaderamente eficaz a disposición de los enfermos de glaucoma de algunos estados de los Estados Unidos donde el uso del cannabis medicinal es legal. Ya antes de la prohibición mundial, los pacientes con glaucomas habían usado el cannabis durante siglos. Si en otras enfermedades se pueden encontrar en los derivados del cáñamo que contiene CBD una alternativa legal, en este caso el uso de marihuana es la única opción. Y también supone una ayuda para otro tipo de enfermedades como la hipertensión y, en general, cualquier afección en la que esté implicada la presión arterial alta.
Si, y varias. La primera y más común son los colirios, aplicación de gotas para los ojos que actúan como vasoconstrictores. Este remedio sólo tapa los síntomas temporalmente y no se deben usar a la ligera ni abusar de él, tan sólo cuando sepamos que nuestros ojos rojos son debidos a la marihuana y no a otro tipo de problema.
Alimentos vasocontrictores como el café, chocolate, frutas, frutos secos o alimentos salados también ayudan a aliviar los síntomas de los ojos rojos. Rodajas de pepino o manzanilla, aplicadas sobre los ojos también hará que la rojez disminuya.
También la tolerancia de cada persona al THC es un factor importante, mientras el primer porro de cualquier persona le pone los ojos rojos, el consumidor habitual necesita más cantidad. Y puesto que es un efecto temporal, basta esperar y relajarse un buen rato para que los ojos vuelvan a su color blanco habitual.
Ciertas variedades son más propensas a los ojos rojos que otras, sobretodo las que tengan un mayor contenido de THC. Todo se trata de probar, descubrir y errar, puesto que intervienen tanto el nivel de THC como el del resto de cannabinoides y terpenos.