Hoy os vamos a hablar de una de las técnicas más singulares en el cultivo de marihuana. Se trata de la poda RIB., acrónimo de Ready, I burn, que se podría traducir como «si, la quemé». Esta poda surge como tantas otras de manera accidental. Casi todos los cultivadores de interior habrán sufrido alguna vez cultivando plantas difíciles de cultivar por su gran estiramiento en floración. Y a quien más y a quien menos, alguna vez se le habrá quemado algún cogollo por su cercanía con la lámpara. Es aquí cuando nos damos cuenta que estos cogollos quemados experimentan una refloración. Es decir, se produce un incremento masivo de flores a partir de un cogollo quemado.
Para entender mejor esta técnica, podemos mencionar la poda FIM. Ésta se realiza en la fase de crecimiento, suprimiendo o pellizcando gran parte de una brote apical. De este modo, cuando la planta se recupere brotarán a una misma altura multitud de ramas, en lugar de brotar de dos en dos y separadas por internudos. La poda RIB en cambio como ya hemos dicho, se realiza en la fase de floración, pero igualmente pellizcando en lugar de los brotes, los cálices y pistilos superficiales del cogollo. En lugar de pellizcar, también se pueden quemar ligeramente con un mechero. El resultado es el mismo. Refloraciones explosivas.
En ambos casos se aprovecha un momento de cambio metabólico de la planta, con la consiguiente concentración de células madre en las zonas sensibles o en este caso dañadas. Pero existe una gran diferencia, ya que en la poda RIB al al estar la planta ya en floración, con todos los niveles hormonales disparados, la planta se centra en la fabricación de órganos sexuales, es decir, en cálices y flores. Además se ve potenciado ya que al realizar esta poda también se eliminan pequeñas hojas que crecen entre los cálices. Cuando la floración se vuelve a estabilizar, las señales hormonales indican a la planta el comienzo de la senectud, por lo que sólo se producirán flores a partir de ese momento y la ausencia de hojas es total.
En primer lugar, algo importante a la hora de realizar esta técnica es la variedad que se cultiva. Es importante conocer las características de la planta, pues en ellos estará el éxito o el fracaso. Lo ideal son híbridos índica/sativa 50/50, los que poseen un período de floración suficientemente largo para que los resultados sean los que se buscan. Las índicas de floración corta no son apropiadas, ya que no dará tiempo a que la refloración se complete. Las sativas por otro lado, pueden llegar a hermafroditar debido al estrés que supone. Y nadie quiere una cosecha llena de semillas. Lo ideal, son plantas con una floración de unos 60-70 días.
También para aprovechar al máximo esta técnica, empezamos podando nuestra planta en la fase de crecimiento. Podemos hacer un SCROG, Main-Lining, Super Cropping… o simplemente una poda apical o FIM. Cuantas más ramas consigamos, mejores resultados obtendremos. Y cuando veamos las plantas con altura suficiente, como cualquier otro cultivo convencional, pasamos a floración cambiando el fotoperíodo.
La técnica RIB se debe realizar en mitad de floración. En variedades de 75 días de floración, aproximadamente la haremos en los días 35-40. En variedades de 90 días de floración, aproximadamente en los días 43-47. Siempre se debe dejar el suficiente tiempo para que el resultado, como decimos, sea el mejor. Y el modo de hacerla es muy simple, con un mechero con buena llama, o un algodón con un poco de alcohol, iremos quemando superficialmente las puntas de los cogollos, llegando a quemar además de los pistilos o pelillos blancos, las zonas verdes, incluidas las hojas cercanas. Siempre con cuidado de no pasarse.
Ésto conseguirá activar las hormonas que reaccionarán repoblando de manera sorprendente estas zonas afectadas. Después, las plantas continuarán la floración sin mayores problemas. Cabe que destacar que es muy probable que se necesiten dosis extras de abonado, ya que en este punto consumirán más nutrientes. También el período de floración se puede alargar unos días más, pero valdrá la pena en cuanto a producción. A base de pruebas, fallos y aciertos, es muy sencillo perfeccionar esta técnica, tan desconocida entre muchos cultivadores como sorprendente.