Cultivo

Cómo se debe planificar un cultivo de marihuana en interior

Aunque hoy en día los cultivos de interior en los meses más calurosos del año es mucho más sencillo que hace una década y las condiciones exteriores ya no son una excusa para detener la producción, siempre es más fácil comenzar un cultivo indoor una vez las temperaturas exteriores comienzan a descender. En este post os ayudamos a planear estos cultivos interiores para que tengas claro todos los conceptos y todo lo necesario.

LA LUZ

El pilar del cultivo interior es la iluminación. La luz es fuente de vida, imprescindible para que las plantas puedan producir clorofila e hidratos de carbono. Sin luz las hojas se volverían amarillas y la planta terminaría muriendo. Mientras en exterior contamos únicamente con el sol, en interior debemos contar con una iluminación apropiada y para lo que hoy en día, como comentamos, las alternativas son más que hace unos años.

Las lámparas de vapor de sodio (HPS) y halogenuros metálicos (HM) continúan liderando el mercado y son a corto plazo las más económicas y que ofrecen resultados notables. Necesitan un balastro para funcionar, tienen un consumo elevado y a no ser que se cuente con reflector refrigerado, el calor como decimos puede ser un problema por el calor que desprenden.

Los sistemas LED y más recientes sistemas LEC, con un consumo menor, ofrecen unos rendimientos similares sin emitir tanta temperatura al espacio de cultivo. Son equipos más caros que los de sodio o haluros y que se necesitan unos cultivos para comenzar a amortizarlos. A su ahorro en consumo mensual, se une la durabilidad de este tipo de lámparas que más temprano que tarde se terminarán imponiendo.

La marihuana es una variedad fotodependiente, es decir que crece cuando los días crecen y las noches se acortan, y florecen cuando los días comienzan a disminuir y las noches crecen. A diferencia del exterior, en interior podemos aportar muchas más horas de luz, además de que no hay días nublados o lluviosos, por lo que los crecimientos son por lo general muy rápidos y las floraciones explosivas con la iluminación adecuada. Así que un simple temporizador servirá para controlar los dos fotoperíodos y controlar así las dos fases del cultivo.

EL AIRE

El segundo pilar básico es el aire. La marihuana consume grandes cantidades de CO2, que mientras en exterior está en disponible en cantidades ilimitadas, en interior se necesita renovar cada cierto tiempo. Una planta consume el aire de su alrededor en muy poco tiempo, ralentizando todas sus funciones cuando escasea el CO2. Sólo mediante la introducción en el cultivo de aire exterior fresco, conseguiremos el equilibrio necesario, además de evacuar el exceso de calor del interior del cultivo.

El aire caliente se concentra en la zona alta del armario o espacio de cultivo, y es en esta zona superior donde se debe instalar el extractor de aire. En el lado opuesto y en la zona inferior, se debe instalar la entrada de aire fresco, sea mediante intracción pasiva o mediante un extractor que en lugar de extraer aire lo introducirá. La máxima temperatura se concentrará en las puntas de las plantas por su proximidad a la fuente de iluminación, por lo que un ventilador ayudará a mantenerlas a una temperatura inferior y evitará quemaduras en las mismas.

Igualmente, un temporizador nos puede servir para controlar todo el sistema de intracción/extracción, permitiendo que funcionen a intervalos. La renovación del aire también dependerá de la temperatura interior del armario del cultivo, 15 minutos funcionando cada hora es un buen intervalo para mantener un buen suministro de CO2. Si es necesario más porque la temperatura se nos dispara, no pasa absolutamente nada porque funcione durante todo el ciclo diurno, aunque lógicamente lo notaremos en la factura de la luz y en la duración de los equipos.

AGUA Y NUTRIENTES

Y ya entramos en un tema que no se diferencia mucho del cultivo de marihuana en exterior, contar siempre con un sustrato de calidad es fundamental, y la cantidad de nutrientes que contenga condicionarán el uso más tarde o más temprano de los abonos de crecimiento y floración. Es prácticamente imposible que un sustrato por muy enriquecido que sea suministre los nutrientes necesarios para todo el cultivo, así que sólidos, líquidos, orgánicos o minerales, el uso de fertilizantes es imprescindible.

Para la elección de los fertilizantes, en Cannabislandia siempre recomendamos optar por una gama de alguno de los muchos fabricantes que desarrollan abonos y aditivos para el cultivo de cannabis. En conjunto aportarán todo lo necesario para un crecimiento rápido y una floración explosiva, cuando se combinan fabricantes puede que estemos privando a las plantas de algún nutriente necesario o en el peor de los casos un exceso de nutriente que puede originar alguna sobrefertilización.

El agua de riego es otro de los conceptos más importantes que debemos vigilar, la gran mayoría de problemas que se presentan en un cultivo derivan de un agua de riego con un pH sin regular, o un exceso de sales en aguas duras. En macetas de pequeño tamaño estos problemas se incrementan por la capacidad tampón del sustrato, controlar siempre el pH del agua sola o con nutrientes que vayamos a usar es muy importante, ya que nos evitaremos que las plantas no puedan absorber determinados nutrientes.

En un rango del pH de 6.0 a 6.5 en cultivos en tierra no deberíamos tener problema en que las plantas puedan asimilar todos los nutrientes del suelo. En la fase de crecimiento es mejor un pH de 6.0 y en floración de 6.5, favoreciendo la asimilación de los nutrientes más necesarios en cada fase. Si no se cuenta con un medidor de pH eléctrico y en los cuales las medidas no son tan exactas, aproximadamente entre 6.0 y 6.5. El pH siempre se mide y regula después de añadir los nutrientes, lógicamente.

MACETAS Y SEMILLAS

El número de macetas es muy ambiguo y depende del tipo de cultivo que nos vayamos a plantear. Macetas de 7-9 litros y con una densidad de 9 plantas por m2, es perfecto para conseguir cultivos rápidos, con 4-6 semanas de crecimiento antes de cambiar el fotoperíodo a floración. Se puede optar por menos plantas y macetas de 11-13 litros, lo que posiblemente llevará a períodos más largos de crecimiento y la realización de alguna poda para conseguir cubrir el máximo de espacio de cultivo.

En cuanto a las semillas, siempre son más fáciles de cultivar las índicas y los híbridos índicas, plantas de crecimiento más compacto y contenido, y periodos de floración de 7-9 semanas. Las sativas e híbridos sativa tienen por lo general a estirar 3 o 4 veces su tamaño durante las primeras semanas de la fase de floración, lo que en interiores con alturas limitadas puede llegar a ser un problema, además de las largas floraciones de en ocasiones hasta 4-5 meses, aunque con cualquier técnica de cultivo podremos cultivarlas fácilmente contando con la paciencia suficiente.

ESPACIO DE CULTIVO

Para terminar y aunque no es necesario, un espacio de cultivo como un armario facilita el cultivo. Sus paredes reflectantes ayudan a un aprovechamiento de la luz y reparto de la misma, además de que el mercado ofrece armarios de cultivo de cualquier tamaño, precio y calidad para cualquier tipo de espacio, cultivo y bolsillo. Es sencillo instalar la iluminación y ventilación en un armario, además de retener los olores en un espacio limitado y es más sencillo eliminar los olores que en espacios más amplios.