Algo muy común en la gente que por primera vez decide introducirse en el cultivo de marihuana en interior, es hacer la lista de todo lo que se necesita para poder comenzar sin contratiempos. Es habitual que una vez se empieza a montar el interior, uno se encuentre con que faltan cosas necesarias que nos llevarán a improvisar o retrasar el comienzo. En este post de hoy, en Cannabislandia hacemos la lista por ti con diferentes opciones.
Es el pilar básico del cultivo en interior. Sin una iluminación apropiada, las plantas crecerán lentas, se estirarán y las producciones serán muy pobres. Hace 20 años las opciones con respecto a la iluminación era muy pobre y lo más fiable eran las lámparas de alta presión, bien de mercurio, sodio o halogenuros. Hoy en día las opciones son más.
La iluminación más económica a la hora de adquirir un equipo de garantías, sigue siendo las lámparas de vapor de sodio o HPS y halogenuros metálicos o HM. Los inconvenientes, son el alto consumo eléctrico y la gran cantidad de calor que generan en el armario de cultivo. Para su funcionamiento, precisan un balastro.
Las siguiente en aparecer han sido los fluorescentes, típicas bombillas y tubos de bajo consumo con espectros corregidos para el cultivo. No necesitan un balastro, tienen un consumo bastante bajo, no generan demasiado calor, pero su efectividad no es muy alta. Son muy usadas para esquejes y mantenimiento de plantas madre.
Los LEDS comenzaron a verse hace unos 10 años. Aunque no fue hasta hace unos 5 años cuando los rendimientos que ofrecían se podían comparar con las lámparas de vapor de sodio. Hoy en día, un buen panel LED supera a una HPS. Apenas emiten calor, pero todavía son equipos con un coste elevado y un consumo equiparable al HPS.
Las últimas lámparas en llegar, son las LEC. Son similares a las HPS y HM, pero tienen un consumo menor, producen más luz por W y rayos UV como el sol lo que incrementa la resina, duran más y emiten menos calor. Poco a poco están desbancando a las lámparas de sodio y halogenuros por motivos obvios.
Los balastros son equipos que limitan y mantienen estable la intensidad de la corriente para el funcionamiento de lámparas, lo que proporciona las condiciones de arranque y funcionamiento eléctrico adecuados. Es un aparato que cuenta con una reactancia inductiva compuesta por una bobina de alambre esmaltado de cobre. Éste está enrollado alrededor de un núcleo de chapas de hierro o en algunos casos de acero eléctrico.
Son necesarios para el funcionamiento exclusivamente de lámparas de vapor de sodio, de halogenuros metálicos y LEC. Las lámparas fluorescentes lo llevan incorporado por lo que se pueden conectar a la red eléctrica directamente. Los LED tampoco los precisan.
Existen balastros electromanéticos, y electrónicos. Los electromagnéticos o magnéticos a secas, son los balastros más básicos y económicos. Transforman la luz a corriente alterna, lo que causa un parpadeo en la iluminación. También tienen la misma potencia de salida, lo que no permite una regulación de la intensidad lumínica.
Los balastros electrónicos por su parte cuentan con un menor consumo eléctrico, hasta un 30% más de intensidad al no tener parpadeo la lámpara, un menor calentamiento y la posibilidad de poder regular la intensidad lumínica. Son los balastros de mayor calidad por todos estos motivos.
Un reflector es una superficie que refleja la luz. Y en nuestro caso, es un accesorio imprescindible cuando se cultiva con cualquier tipo de iluminación salvo la LED. Se trata de una pantalla con diversas formas, que además de incorporar el casquillo para la fijación de la lámpara, refleja hacia abajo la luz que ésta produce y que de otro modo se desperdiciaría en el techo y paredes del armario o espacio de cultivo.
Un buen reflector puede incrementar las cosechas en un 10-15%, por lo que su inversión estará garantizada en pocas cosechas. Existen reflectores ventilados o con cooltube, un accesorio de vidrio que envuelve la lámpara y mediante un tubo el calor que emite la lámpara se evacúa directamente del armario. Sólo es válido para lámparas HPS y HM, además de un único modelo LEC (de 360W). Los rayos UV tan interesantes serían eliminados por el vidrio del cooltube.
La marihuana es una especie que consume grandes cantidades de CO2. Mientras en el exterior es ilimitado, en interior no. Es por ello, unido al calor que genera la iluminación, que debemos garantizarnos una buena renovación del aire en el interior del espacio de cultivo para permitir la entrada de CO2 y más frescura.
Un extractor es casi un imprescindible, salvo en contadas circunstancias donde se cultive en un espacio abierto con una buena ventilación natural. Calcular qué extractor es necesario para un cultivo es sencillo. Primero debemos calcular el volumen del espacio de cultivo en m3 y multiplicarlo por 30. Para un armario de 100x100x200 cm, que tiene un volumen de 2 m3, lo multiplicamos por 30 y sería de 60m3/h el extractor que necesitaríamos.
Pero codos en el tubo de extracción y filtro de carbón restan un importante poder de extracción, por lo que sumaremos un 10% más por cada codo o curva, y un 25% por el filtro de carbón. Si tienes cualquier duda, siempre nos puedes consultar y en Cannabislandia te ofreceremos la mejor opción.
INTRACCIÓN
Cuando se elimina aire de un espacio de cultivo pero no se introduce, se crea un vacío. En nuestro caso puede llevar a la rotura de la tela del armario de cultivo. Cuando la cantidad de aire extraída es poca, una intracción pasiva puede ser suficiente. Entendemos por intracción pasiva al aire que inevitablemente entrará por las cremalleras, ventanas de ventilación o cualquier otra rendija que haya en el armario.
Cuando la cantidad de aire es mucha, entonces necesitaremos un intractor que fuerce la entrada de aire en el cultivo. Un intractor no deja de ser un extractor. Para calcular de qué potencia lo necesitaremos, lo más fácil es optar por comprar el modelo inferior que el extractor. Es decir si el extractor es un Can-Fan 200mm 1200m3/h, con un intractor Can-Fan 150mm 600m3/h será suficiente. Si el extractor fuese un VK Sileo 150mm 430m3/h, como intractor pondríamos un VK Sileo 125mm 220m3/h.
Además de intractor y extractor, un ventilador siempre es importante. Es suficiente un pequeño ventilador de pinza. Nosotros os sugerimos 1 pequeño por cada m2, o 1 grande para cada 2-3 m2. Su función es la de remover el aire del interior del cultivo, refrescar las puntas de las plantas de la inevitable calor generada por la iluminación y evitar quemaduras, fortalecer los tallos de las plantas, y evitar en gran medida la aparición de hongos como la botritis o el oídio.
En nuestro siguiente post, seguiremos con la lista de necesarios para el cultivo en interior, habiendo ya hablado de los dos pilares básicos como son la luz y la ventilación que merecen un capítulo para ellos solos por su importancia.