El gran problema a la hora de comenzar un autocultivo, es en muchas ocasiones el espacio disponible. No todos los cultivadores disponen de un exterior soleado. Tampoco en interior a veces se cuenta con una habitación donde poder instalar un armario de cultivo. Así que la solución pasa por adaptarse a cualquier hueco donde a primera vista parecería imposible poder cultivar marihuana. Pero nada es imposible, y en este post de damos algunos consejos para montar un mini-cultivo.
Lo más importante para cultivar marihuana en interior es siempre la iluminación. Con una luz inapropiada, podemos contar con la mejor genética que el cultivo estará destinado al fracaso. Las plantas se espigarán, crecerán despacio o directamente no crecerán, y las floraciones serán tan escasas que cuando finalicemos, comprobaremos que ha sido todo una pérdida de tiempo y de dinero. Así que una vez decidamos qué espacio usaremos para el mini-cultivo, escogeremos es sistema de iluminación apropiado.
Si nuestro espacio es limitado a lo largo y ancho, por poner un ejemplo 40x40cm, pero en cambio cuenta con una altura superior a 1 metro, podemos optar por un pequeño equipo HPS. En cambio si la altura es también limitada, no nos quedará otra que optar por lámparas de bajo consumos CLF o un panel LED. Éstos dos últimos no emiten mucho calor y la distancia a los que pueden situarse de las plantas es mínimo. No ocurre con las lámparas de sodio, que pueden producir quemaduras si se acercan demasiado a las apicales.
Al igual que con la iluminación, dependerá el espacio del que dispongamos, podremos optar por unas variedades u otras. Si la altura no es problema, podemos decantarnos por algún híbrido sativa. Éstas tienen un crecimiento mayor, un problema para controlar el desarrollo vertical. Aunque es este aspecto con técnicas de cultivo como el SCROG con tan sólo una planta conseguiremos cubrir una superficie considerable.
Si la altura es limitada, mejor siempre variedades índicas, más compactas y siempre más fáciles de cultivar. Aunque en este caso, conviene cultivar a modo de SOG, es decir llenando de pequeñas macetas todo el espacio. Así conseguiremos plantas de pequeña estatura que concentrarán la producción en una única apical.
Si podemos montar un pequeño armario de cultivo, tendremos mucho trabajo hecho. Hay armarios muy pequeños como el Mammoth Elite Micro con apenas 60x40cm y 60cm de altura. Otra opción es una simple caja de cartón, la que forraremos en su interior con material reflectante como Mylar o plástico blanco, que mejorará el reparto de la luz. También forraremos el fondo, ya que el agua y el cartón no se llevan bien. Una caja de una CPU es también uno de los espacios preferidos por quienes se dedican al mini-cultivo de marihuana.
Lógicamente será complicado instalar un gran sistema de ventilación, pero también es imprescindible contar con una buena regeneración del aire. Un pequeño extractor en línea o un cooler tipo Sunon son una buena solución. Pensemos que en pequeños espacios el calor se concentra más aunque contemos con iluminación LED o CLF. Además de eliminar el exceso de calor, conviene renovar el aire del espacio del mini-cultivo.
La intracción de aire podemos tenerla pasiva, es decir que sea el propio extractor el que fuerce la entrada del aire por un agujero. Si contamos con un armario ya contará con entradas de aire. Si hemos optado por fabricarnos nosotros uno, con una sencilla rejilla de ventilación y unos agujeros es suficiente para que entre la cantidad necesaria de aire. Con un temporizador seleccionaremos los intervalos adecuados para mantener una buena temperatura interior.
Las macetas deben ser de pequeño tamaño y adaptadas tanto a la altura como a plano horizontal. Si se cultiva en SCROG, podremos optar por una sola maceta de unos 5-7 litros, lo más bajas posibles. Si optamos por un cultivo en SOG, macetas de 1-2 litros con lo mejor para tener plantas que no superen los 30 cm de altura y concentren la producción en una gorda y densa apical.