Macetas y contenedores para el cultivo de marihuana en exterior
En un cultivo de marihuana, el rendimiento final dependerá de muchos factores, algunos más importantes como es la elección de la variedad, la calidad del sustrato, el clima o la ubicación de las plantas, y otros menos importantes como pueden ser la elección de los fertilizantes o de las macetas. Y de las macetas vamos a hablar hoy y exclusivamente para el cultivo en exterior, ahora que se acercan las fechas en que los cultivadores aprovechan la temporada que permite cultivar al sol.
Empezamos hablando del tamaño ideal, algo que en principio resulta bastante complejo para determinar cual es el correcto. Se trata de buscar un equilibrio entre maceta y tamaño de la planta, ni buscamos una maceta de 10 litros para una planta de 2 metros, ni un gran contenedor de 80 litros para una planta de 50 cm. De un modo las raíces no tendrían donde continuar desarrollándose, del otro estaríamos gastando un sustrato que la planta no llegará a colonizar ni a consumir.
También si queremos plantas pequeñas, sobre los 100-150 cm, no tiene sentido usar enormes macetas ni comenzar a cultivar demasiado pronto, disponemos aún de casi dos meses por delante para poder plantar. Si queremos plantas de gran tamaño, debemos dejar que las raíces se desarrollen sin limitaciones, realizando los trasplantes necesarios y siempre con un sustrato muy enriquecido, lo que evitará prácticamente tener que usar fertilizantes durante el crecimiento, bastaría con los nutrientes del sustrato y lo que podamos añadir como humus, cenizas, guano…
Para variedades autoflorecientes lo ideal es partir de macetas de mínimo 11 litros. Con este tipo de genéticas que independientemente del tamaño que tengan comienzan a florecer a las 3-4 semanas desde la germinación, conviene evitar los trasplantes. Éstos frenan el crecimiento de las plantas, y aunque en pocos días agradecen un sustrato nuevo como cualquier planta, lo que nos interesa es que crezcan sin interrupciones y alcancen la máxima altura posible antes de comenzar la floración. Plantas más grandes siempre es sinónimo de cosechas más grandes.
Para variedades fotodependientes que hasta pasadas 3-4 semanas del comienzo del verano no empiezan a florecer, ya nos encontramos con muchas más opciones y que también dependerán del tamaño que nos podamos permitir en nuestras plantas. Si queremos plantas de una altura discreta, sobre los 100 cm, optaremos por unas macetas de mínimo 25 litros. Si no tenemos restricciones de altura porque nuestras plantas las tendremos en un lugar lejos de las miradas indiscretas, no existe límite. 50, 75, 100 o 200 litros.
TIPOS DE MACETAS
De plástico: son las de toda la vida, cuadradas o redondas. Las más económicas, de las más resistentes y puede que las más duraderas. A la hora de cultivar en interior siempre son más cómodas las cuadradas, mientras que en exterior es totalmente indiferente mientras sean de colores claros. Negro, marrón o verde oscuro, típico de las macetas de plástico, son la peor opción para cultivar en exterior e incluso pueden llegar a ser un verdadero peligro. Al sol, alcanzar grandes temperaturas que traspasan al sustrato y las raíces.
De barro o piedra: son una excelente opción, sus gruesas paredes mantienen el sustrato a una buena temperatura aún en los días de más sol, además de que su porosidad permite una buena aireación del sustrato. En su contra está el gran peso que suelen tener y que complica moverlas cuando la planta cuente con un buen tamaño, la dificultad para realizar trasplantes pues las raíces se adhieren con facilidad a las paredes rugosas, lo caras que llegan a ser en los volúmenes que nos estamos manejando, y lo delicadas que son en ocasiones.
De geotextil: se han puesto muy de moda en los últimos años, tipo Smart Pot, Root Pouch o Tex Pot. Son contenedores de tela, en ocasiones a partir de materiales reciclados y su gran característica es la aireación que proporciona a las raíces. También es importante la llamada poda aérea, ya que la tela y la luz y el aire impide crecer las raíces hacia el exterior, forzando así al desarrollo de más raíces secundarias. Los trasplantes en este tipo de macetas se realiza enterrándola en una de mayor tamaño, pues las raíces penetran la tela y continúan creciendo en el nuevo sustrato sin inmutarse. También son reutilizables durante unos 3-5 cultivos antes de que comiencen a desintegrarse.
De alvéolos: son las últimas que han aparecido hace unos años, tipo Air Pot o Aero Pot Vienen desmontadas, con una plancha con celdas perforadas, una base y unos pequeños enganches para conseguir su forma circular. Como sucede en las macetas de geotextil, la poda aérea es su gran característica, desarrollando más raíces secundarias y aumentando el poder de nutrición de las plantas. También son reutilizables y los trasplantas son tan sencillos como quitar las sujeciones para quitar la plancha y la base, y pasarla a otra maceta. Aunque lo mejor en este caso, es plantar directamente en la maceta definitiva y desde un principio aprovechar los beneficios de la poda aérea.
Bolsas de cultivo: son las más económicas, sencillas bolsas de plástico blancas o negras, muy cómodas, ligeras, fáciles de almacenar… y delicadas. De hasta casi los 50 litros de capacidad y para un solo uso, son perfectas siempre que se traten con cuidado, un corte en el plástico y se puede desmoronar todo el sustrato. Los trasplantes son muy sencillos, basta meter la bolsa en el interior de otra mayor, haciendo unos cortes en los laterales para que las raíces pasen al sustrato nuevo.