En este post de hoy te enseñaremos a hacer un licor de marihuana. Cada vez son más los fumadores de cannabis que buscan otras alternativas más saludables para su consumo. Otros que nunca han fumado y buscan en la marihuana una alternativa natural y efectiva para diferentes dolencias, lo que menos desean es comenzar el hábito de fumar cuando hasta entonces lo han evitado. Las principales opciones son la vaporización y los comestibles.
La cocina cannábica no tiene límites y prácticamente se puede incorporar a cualquier receta. Alguien que busque diariamente un dosis de marihuana sea por sus efectos recreativos o terapéuticos, no tiene por qué optar por los típicos bizcochos o galletas, sino que puede añadirla al desayuno, almuerzo, comida, merienda o cena en el momento de su elaboración o posteriormente.
La mejor opción para agilizar los tiempos es contar con una base, como puede ser una mantequilla o aceite cannábico. A casi cualquier receta se le puede añadir cualquiera de estos dos ingredientes. Ensaladas, pastas, carnes, postres, panes… Pero el recetario cannábico no consta sólo de sólidos, sino que también existen también bebidas. En el caso de infusiones y batidos cannábicos, lo ideal es contar como base con una leche cannábica. Para bebidas alcohólicas como cócteles, la base ideal es un licor de marihuana.
Cabe destacar que el motivo de estas bases es ahorrar el tiempo de descarboxilación previo a realizar cualquier receta. Los cannabionides de la marihuana se encuentran en estado ácido, como el THCA que no es psicoactivo. Sólo mediante el proceso de descarboxilación se transforma en THC que sí lo es. El curado también neutraliza los cannabinoides, aunque no en su totalidad.
Descarboxilar la hierba es muy sencillo, tan sólo debe calentarse en el horno. Conviene siempre controlar tanto la temperatura para evitar que los cannabinoides se destruyan, como el tiempo. Para ello deshacemos los cogollos en pequeñas porciones y los ponemos sobre una bandeja de horno. Con el horno precaliente a 110-120 ºC, basta con tenerlos en su interior unos 20 minutos.
La elaboración es muy sencilla. Usaremos 10 gramos de cogollos previamente descarboxilados por cada litro de licor. También se pueden usar restos de manicura y tallos, en este caso usaremos 20 gramos previamente descarboxilados por litro de licor. Buscaremos algún licor neutro, como aguardiente blanco o vodka. En general, cualquiera sería una buena opción, pero éstas no aportan demasiado sabor en el caso de hacer combinados o cócteles.
En un bote de vidrio de boca ancha y con tapa, introducimos los cogollos o restos de manicura. Si son cogollos, los podemos triturar para acelerar el proceso de disolución de los cannabinoides. A continuación añadimos el litro de alcohol, cerramos y agitamos fuertemente durante unos minutos. El bote lo dejaremos en un lugar completamente oscuro, como una despensa.
En unos 2-3 días, gran parte de los cannabinoides y otros compuestos de los tricomas habrán sido absorbidos por el alcohol. Con más tiempo, la disolución será total, así que siempre recomendamos dejar que macere durante bastantes días, agitando de vez en cuando el bote. Podremos ver como poco a poco el licor se va oscureciendo y adquiriendo un color verde/marrón.
Dada la concentración de este licor de marihuana, 50 ml tendrían los cannabinoides equivalentes a medio gramo de marihuana. No conviene abusar, ya que hasta pasada una hora el cannabis ingerido no hace efecto. Es muy fácil ingerir una dosis elevada al no notar los efectos al instante como pasa al fumar o vaporizar. Bebe cantidades bajas y espera un tiempo prudencial para comprobar sus efectos.