En este post vamos a tratar el lavado de raíces en cultivos de marihuana, ya que a estas alturas del año y recién estrenando el otoño en el hemisferio Norte, las plantas de marihuana van poco a poco terminando el ciclo, cada vez vemos más cerca el ansiado momento de la cosecha y que a fin de cuentas significará olvidarse de todos los problemas que surgen en estas últimas semanas, como la lluvia o el rocío de la noche que pueden ser origen de ataques de hongos, por no hablar de la peor plaga de todas y que tanto abunda en estas fechas y que es el ladrón de plantas, el que sin pasar meses cultivando ni gastándose ni un euro en semillas, abonos o tierra, termina con una gran cosecha. Además de que mientras nosotros esperamos el momento óptimo para cosechar, observando el estado de los tricomas, al ladrón de plantas le da igual y mientras nadie observa, si tiene que llevarse una planta que aún le faltan dos o tres semanas no tendrá problemas en hacerlo. Tener la cosecha a salvo siempre significa un gran alivio, un decir «lo conseguí».
Empezamos con el qué. El lavado de raíces antes de la cosecha es una acción que todo cultivador de marihuana debería controlar a la perfección. Podemos hacer todo bien durante el cultivo, usando la mejor gama de fertilizantes y la mejor variedad del mercado, que un simple lavado de raíces puede marcar la diferencia entre un éxito rotundo o un éxito frustrado. El propio nombre indica que consiste en lavar las raíces, pero para qué? Pues para eliminar todos los nutrientes que quedan en el sustrato, obligando a la planta a seguir nutriéndose de los alimentos almacenados en las hojas. con lo que también conseguiremos eliminar de la materia vegetal todos estos nutrientes, consiguiendo una hierba más suave y con mejor sabor. Cuando un cogollo rasca al fumar, la primera pregunta que debemos plantearnos es si hemos hecho un buen lavado de raíces.
Mínimo unos 10-15 días antes de la cosecha debemos cortar el suministro de nutrientes de nuestras plantas y lavar las raíces. Y tras el lavado, tan sólo regar con agua limpia hasta la cosecha. El lavado de raíces supone un estrés para las plantas, que no suelen llevar muy bien los encharcamientos. Tampoco debe preocuparnos demasiado y si todo marcha bien, la planta llegará a la cosecha con todas sus hojas prácticamente amarillas. Una hoja de color verde oscuro aún estará cargada de clorofila y con excesos de fósforo o potasio, que puede hacer que la hierba tenga un sabor a verdura o chisporrotee como una pequeña bengala.
Como siempre, un buen secado y posterior curado hace que la clorofila se degrade y los cogollos pierdan el color verde. Una planta con un secado apurado para poder fumar cuanto antes, rascará igualmente por muy lavado de raíces que hemos hecho. Cumplamos bien todos los pasos y sobretodo los últimos y más importantes, para un fumador no hay peor cosa que tener botes llenos de cogollos que rasquen o con mal sabor. Bueno, es peor no tenerlos, pero con algo tan sencillo como un lavado de raíces que ésto nos pase, no tendría ningún perdón por nuestra parte.
Un lavado de raíces no deja de ser un riego abundante, y en cuanto a la cantidad de agua que se ha de usar la regla universal que se lleva siguiendo desde hace años, es usar el triple de agua que la capacidad de la maceta. Por ejemplo para una maceta de 10 litros usaríamos 30 litros de agua, para una de 30 litros usaríamos 90 litros de agua, etc. Como la cantidad de sales en un sustrato también depende de la mano del cultivador, puede que nos podamos ahorra bastantes litros simplemente midiendo la EC del agua del drenaje con un medidor. Cuando salga limpia y tenga una EC similar al del agua de riego, será suficiente.
También es importante tomarse su tiempo e ir poco a poco, echando unos pocos litros a cada planta, dejando que se encharque bien todo el sustrato y las sales puedan disolverse mejor, y volver a añadir otros pocos litros y así hasta que hayamos terminado. Aunque de primeras veas el agua salir limpia, si en un rato vuelves a echar agua verás como vuelve a salir por el drenaje de un color marrón. Así que paciencia para que el lavado sea efectivo, las prisas no suelen ser buenas.
El gasto de agua para los lavados de raíces puede llegar a ser muy importante y muchos fabricantes de fertilizantes ofrecen cómodas soluciones de lavado o conocidos como Flush, aditivos que tienen la función de disolver las sales con un riego previo, para que después y con la mínima cantidad de agua todas estas sales sean expulsadas por el drenaje de manera más efectiva, ahorrando una gran cantidad de agua y que nunca está de más, ya que cada vez es un bien más escaso.
También seguro que todos sabéis que el cloro del agua es muy perjudicial para las plantas, por lo que almacenar la suficiente cantidad de agua para el lavado de raíces de 5 o 6 plantas en macetas de 25-30 litros será algo complicadísimo. Así que sin miedo usa agua de grifo y por último, usa varios litros de agua reposada que no tendrá cloro y conseguirá arrastrar por el drenaje buena parte del agua que sí lo tiene. Piensa que a la planta le quedan ya pocos días de vida y poco importará que podamos dañar algo las raíces.
En los ejemplares plantados en suelo por lo general basta con hacer un riego abundante por todo el área que cubre el follaje de la planta, las raíces en este tipo de cultivo están tan expandidas y la cantidad de bacterias beneficiosas es tan elevado, que aún en ocasiones no es ni necesario hacer un lavado de raíces por la baja concentración de sales que presenta. Finalmente, la hora del día ideal para un lavado es a primera hora. La planta se recuperará mejor del estrés que supone tener las raíces encharcadas durante bastante tiempo si desde el primer momento del lavado va consumiendo todo ese exceso, coda que no sucederá si lo hacemos a última hora con la noche cerca.
En nuestro siguiente post trataremos la cosecha, cuándo y cómo cortar la marihuana, las mejores condiciones para secar los cogollos… ¡no te lo pierdas!
Foto/s: La Marihuana
