La EC en cultivos de marihuana es tan importante como medir el pH del riego. Quien más y quien menos llegará a saber que es la abreviatura de Electroconductividad y que mide la cantidad de sales disuelta en un medio. Pero qué es realmente la electroconductividad? Primero comenzaremos con la caída de un mito, porque si no lo sabías, el agua no conduce la electricidad. Si te estás preguntando que cómo es posible, si en alguna ocasión nos ha calambrazo al tocar un electrodoméstico con las manos mojadas, o hemos leído o visto casos de muertes tanto en la realidad con la ficción… es todo mentira? Pues exactamente no.El agua es agua, sólo H2O, es decir un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno. La unión entre estos tres átomos es muy fuerte y además forman una molécula eléctricamente neutra que aplicando una diferencia de potencial eléctrico ni se inmuta y es más, es un excelente aislante.
Por otro lado tenemos la corriente eléctrica, que es un desplazamiento de cargas eléctricas que recorre un material. Este desplazamiento se debe al movimiento de las cargas, normalmente electrones, en el interior del material conductor. El agua no es conductor, pero cuando se disuelve una sal en agua las moléculas se dividen en átomos o moléculas cargados eléctricamente. Éstos se pueden desplazar por lo que al aplicar una diferencia de potencial, se crea una corriente eléctrica, que es lo que sucede con el agua común que podemos consumir, con concentraciones de iones o sales de calcio y magnesio principalmente. Así que a no ser que usemos agua destilada o de osmosis, estaremos hablando de aguas conductoras de electricidad.
Todas las plantas son muy sensibles a esa electroconductividad, pero no a la electricidad en si, sino a los minerales que contiene el agua en forma de iones. A mayor concentración de sales, mayor será la conductividad eléctrica o electroconductividad. Y estas sales o iones son las que emplea la planta para nutrirse, concretamente necesita sales de 14 elementos para poder sobrevivir y que son nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio y azufre, que son los llamados macronutrientes, y zinc, hierro, boro, cobre, molibdeno, manganeso y cloro que son los micronutrientes y de los cuales se requieren cantidades mínimas. Por el contrario, una conductividad eléctrica impedirá a la planta alimentarse, siendo alguno de ellos tóxicos en concentraciones elevadas que llevaría a la planta a la muerte.
Todo ésto no es si no la explicación que quizá no necesitemos saber, pero que nos ayudará a comprender que usando ciertos niveles de EC que añadiremos mediante sales de los 14 nutrientes, o lo que comúnmente llamamos abonos, podremos controlar principalmente cual es el límite de nutrientes que la planta puede llegar a asimilar. Y decimos el límite porque lo que todos los cultivadores buscan la máxima producción, algo que saben muy bien los cultivadores de hidroponía o coco, ya que toda la alimentación de las plantas dependerá de los nutrientes que se aporten en cada riego.
Cuando cultivamos en tierra y con un buen sustrato, todas estas sales están disponibles en el suelo y la planta tan sólo tendrá que absorberlas cuando lo precise hasta que éstas se agoten, donde ya debemos añadir más abono, bien con trasplantes o bien con abonos líquidos o sólidos. En este tipo de cultivos, el medidor de EC puede llegar a ser importante cuando usemos abonos líquidos y no es tan importante su uso como en coco o hidropónico.
Si hasta aquí no te has perdido, que seguro que no, pasamos a cómo saber cual es la EC en cultivos de cannabis y cual es la EC ideal en cada fase, ya sabemos que las plantas de marihuana demandan no siempre la misma cantidad de nutrientes y dependerá en gran medida de la fase que atraviesen, crecimiento o floración.
La EC en cultivos de cannabis se averigua con un medidor de EC, un pequeño aparato que rápidamente nos indicará el electroconductividad del agua. Otros modelos sirven también para medir la EC del sustrato que más adelante veremos.
Hacemos una pausa para hablar de otro factor importante en la EC, y es el concepto de ‘Aguas Duras‘ y ‘Aguas Blandas‘. El agua corriente contiene sales como ya hemos comentado, y en su mayoría son sales de Calcio y Magnesio y son estas dos sales la que indican la dureza del agua y que tiene mucha relación con la calidad del suelo. Por encima de 0,65 milisiemens x cm2 se consideran agua duras, por debajo de 0,30 ms/cm2 se consideran aguas blandas. La marihuana consume grandes cantidades de calcio y magnesio y se sabe que con aguas en torno a 0,40 ml/cm2 es muy raro que sufran carencias de éstos dos macronutrientes esenciales. La dureza del agua es muy variable de una zona a otra, pudiendo pasar de un agua dura a un agua blanda recorriendo menos de 100 kilómetros, siendo sobretodo perjudiciales las aguas duras, aguas con exceso de calcio que puede provocar bloqueos de nutrientes que impiden su asimilación. Es por ello que la gran mayoría de fabricantes añaden a sus fertilizantes concentraciones bajas de calcio y magnesio, para el cultivador resulta más sencillo corregir una carencia que un exceso. Los cultivadores que usen aguas blandas, osmotizadas o destiladas suelen tener que emplear suplementos de Ca y Mg, pudiendo alcanzar dosis más altas de abonos que los que usan aguas blandas, en ocasiones superiores a 1 ms/cm2 y que limita la cantidad de nutrientes que se pueden administrar, a la vez del siempre peligro de jugar con dosis extra de calcio.
Explicado ésto, seguimos acordándonos de que el agua base ideal para el riego es agua con una dureza de 0,40, aunque si queréis saber más, la marihuana demanda el triple de calcio que de magnesio. Si comenzáis con agua muy blanda, para subir la EC hasta 0,40 debemos añadir el triple de Ca que de Mg en el caso de usar mononutrientes, si usamos un complejo que contenga los dos nutrientes no tendremos problema y añadiremos lo que se precise hasta esos 0,40 ms/cm2. Con agua duras, tendremos que rebajar con agua destilada u osmotizada hasta llegar a los 0,40.
En crecimiento, la EC máxima que suele soportar una planta de marihuana sin que haya sobrefertilizaciones es de 1,20-1,30 ms/cm2, aunque dependerá mucho de la genética, del tamaño de la planta, del medio de cultivo e incluso de las condiciones climáticas. Pero ésta máxima no es la que soportará una planta de pequeño tamaño, así que se recomienda empezar añadiendo abono hasta que alcance 0,80-0,90 ms/cm2 y subiendo semana a semana. Si vemos que la planta muestra signos de sobrefertilización, los siguientes riegos lo haremos con dosis más bajas de abono, por contra si vemos que la planta lo soporta, podremos subir la dosis. Conviene siempre anotar las dosis que damos en cada semana, nos será muy útil si volvemos a cultivar la misma variedad y saber cuales son sus límites.
Entrada la floración iremos subiendo 0,10 ms/cm2 cada semana hasta un límite de 0,10 ms/cm2, donde ya la gran mayoría de variedades dicen basta y comienzan a sobrefertilizarse irremediablemente. Mucho dependerá de la genética, las plantas de marihuana índica suelen ser más glotonas y soportar bien el máximo de 2,0-2,2 mientras que las sativas, de alimentación progresiva y floración lenta suelen aguantar un máximo de 1,6-1.8. Repetimos que observando la planta podremos conocer su estado y si podemos exprimirla más o por la contra debemos bajar las dosis.
Riego a riego y abonado a abonado, nuestro sustrato irá acumulando excesos de sales no asimilables que pueden causar bloqueos de nutrientes. En cada riego deja siempre que drene un poco de agua y comprueba su EC. Cuando cultives en tierra y la EC supere los 2,3-2,4 ms/cm2, comienza a regar con más cantidad de agua para que poco a poco las sales se vayan expulsando en el agua del drenaje, el lavado de raíces debe ser la última opción y sólo deberás de recurrir a él en casos excepcionales. Si cultivas en coco o hidro, lava raíces en cuanto supere 2,5 ms/cm2.
Con un simple medidor de EC en cultivos de cannabis y tus productos habituales, conseguirás unas mejores cosechas. Ya si acostumbras a hacer cultivos con la misma variedad de esquejes, ya conocerás de antemano hasta donde puedes subir la EC sin que problemas, será una de las maneras de optimizar un cultivo. Como último consejo, las plantas de marihuana tienen una mayor capacidad para asimilar nutrientes cuando la temperatura del sustrato se encuentra entre 18 y 20º. Cuando la tempratura excede de 30º la oxigenación se reduce y con ello aparte de dificultar la asimilación de nutrientes puede llegar a causar podredumbres radiculares y en la muerte por asfixia de la planta.