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Guía para hacer una cata de marihuana

En este post trataremos de guiaros para hacer una cata de marihuana como un profesional. A estas alturas no vamos a descubrir que fumar marihuana es un placer como lo es para el buen amante del vino o la cerveza disfrutar de estas bebidas. Tampoco vamos a descubrir que existen cientos de variedades con aromas y sabores tan diversos que hacen a cada de ellas en ocasiones única. Aunque al principiante todos los cogollos le parezcan similares, el más experimentado no tendrá en principio en cambio en distinguir sabores o incluso la composición genética. Variedades como Skunk, Haze o Blueberry son muy reconocibles incluso en su descendencia y es muy complicado que cualquier cruce con alguna de ellas no herede esos sabores.

Pero antes de nada, qué es lo que buscamos al hacer una cata de marihuana? Pues es muy simple, se busca descubrir todas las cualidades de un cogollo, desde presencia, hasta olor, gusto y efectos como características principales, pero deteniéndose en cada una de ellas en profundidad para valorar otros aspectos como tamaño de los tricomas, restos de fertilizantes o plagas, densidad y color del humo o intensidad de aromas. En definitiva, absolutamente todo lo que pueda transmitirnos ese cogollo a nuestros 5 sentidos.

PRESENCIA

Empezamos agudizando nuestra vista. Para hacer una nota de cata de marihuana exhaustiva es preciso un pequeño microscopio para detenidamente observar los pequeños detalles de un cogollo.

  • La resina: técnicamente son tricomas, pequeñas pelotitas llenas de THC, CBD, CNB y demás cannabinoides, terpenos y flavonoides. Se debe valorar la cantidad de tricomas, el tipo de tricoma y su maduración. La cantidad es lo más fácil de ver a simple vista, los tipos de tricomas comprenden su tamaño y forma, y finalmente la maduración, donde el color del tricoma también indicará el momento óptimo de la cosecha y su máxima concentración de THC.
  • El color: aquí se valora el aspecto de los pistilos que pueden ser de multitud de colores, o la apreciación de hojas quemadas, amarillas, demasiado verdes, restos de plagas… con un poco de experiencia, al ver un cogollo se puede ver si tiene un secado y curado correcto, o si durante su cultivo la planta ha sufrido sobrefertilizaciones o ataque de plagas. El color de un buen cogollo debe ser verde pálido, variando dependiendo del fenotipo-color de la planta.
  • Densidad del cogollo: una vez vista detenidamente la resina y el color, procedemos a manosear un poco el cogollo. Si lo hacemos antes, podemos variar la apreciación de los dos anteriores. Simplemente con dos dedos, se comprueba a dureza del cogollo. Que sea duro como una piedra o aireado depende en gran parte de la genética, pero también su densidad puede ser síntoma de una alimentación pobre.
  • Manicura: un cogollo bien pelado, siempre será estéticamente mejor que uno sin manicurar o mal manicurado. Se manicura por varios motivos, no sólo estéticos, ya que durante el secado se reduce el exceso de humedad y se eliminan restos de clorofila. Sin duda es uno de los factores que más puede hablar de un cultivador sin probar la hierba, un cogollo sin apenas hoja es un buen trabajo de un cultivador minucioso.
  • Secado: una hierba seca en exceso o demasiado húmeda se ve enseguida. En un caso se deshace en polvillo con apenas tocar el cogollo y en el otro mostrará un tacto esponjoso, no crujirá como debería y hasta es complicado de deshacer en el grinder. Cuando se enciende el porro para hacer una nota de cata, se comprueba si la combustión es lenta o acelerada, quemando todo el papel uniformemente.
  • Curado: el curado es a la marihuana lo que a un buen vino el reposo en barricas de roble, se terminan de mezclar y definir los aromas, se suaviza el sabor y en definitiva, causa una mayor sensación gustativa. Una hierba que no rasque en la garganta, que tenga un buen color verde pálido y esté en su punto óptimo de humedad (60-65%) tiene mucho que ver con un buen curado. Si se usan recipientes no apropiados, los cogollos pueden adquirir además sabores no deseados y en ocasiones desagradables.
  • Asentamiento de la hierba: una vez hayamos comprobado todos los anteriores aspecto, ya procedemos a grindear la hierba. Aquí comprobaremos definitivamente el grado de humedad del cogollo, si se deshace en polvillo o por el contrario cuesta desmenuzar. Lo ideal es que tenga una textura esponjosa y que una vez triturada se divida fácilmente el montón de hierba. También se comprueba el color interior para ver si hay exceso de clorofila o un verde más intenso que el exterior.
  • Semillas: la presencia de semillas puede echar a perder el mejor cogollo y la cata de marihuana. No es buen síntoma que tenga semillas y puede ser síntoma de malos cuidados o debilidad genética de la planta. Cuando estamos catando un cogollo y por casualidad tiene una semilla y la rompemos, el sabor es muy desagradable e impedirá descubrir el verdadero sabor de la muestra, además de que una planta que emplea energía en la producción de resina, se resienten en su niveles de resina.

OLOR

La marihuana tiene una amplia variedad de aromas, algunos muy reconocibles y otros no tanto. Se podrían distinguir entre olores primarios que se distinguen de una manera muy clara y se mantienen durante toda la cata, olores secundarios que son menos intensos y pueden aparecer y desaparecer a lo largo de la cata de marihuana, y matices que son olores muy débiles. Se debe agudizar muy bien el olfato para valorar principalmente 3 aspectos.

  • Antes de desmenuzar el cogollo: es el primer olor que detectamos, cuando sacamos el cogollo de su bote o bolsa. Lo pondremos en la nariz y aspiraremos prolongadamente varias veces. La hierba puede darse el caso de que no huela en exceso si tan sólo están secas mientras que con un buen curado los aromas se mezclan y asientan. Se valora la intensidad del olor.
  • Después de desmenuzar el cogollo: es ahora cuando se descubren la mayor parte de los olores, así que se debe valorar los aromas primarios, secundarios y los matices. Igualmente se valora la intensidad del olor, pero también las variedades de aromas.
  • En combustión: hierbas que huelen muy bien pueden tener un sabor que no es acorde y viceversa. Aquí se valora que el olor al fumar es lo más parecido a después de desmenuzar el cogollo. Nos fijaremos también en el color del humo, si es negro o gris oscuro, puede ser síntoma de excesos de humedad, nutrientes o poca resina. Si es blanco, aparte de buena cantidad de resina tendrá un curado perfecto, además de haber sido una planta con las raíces bien lavadas. El humo tiene que ser también denso, una columna ancha que tarda en disiparse. Los aromas en combustión con el porro en reposo.
  • Color de la ceniza: igualmente nos puede contar mucho sobre un porro el color de la ceniza y su forma. Si es negra puede ser síntoma de mucha materia vegetal y poca resina. Si es gris tiene un buen equilibrio entre materia vegetal y resina. Y cuanto más blanca sea, tendrá mayor cantidad de resina que de materia vegetal, siendo las mejor valoradas. En cuanto a la forma, se busca la misma forma que deja la ceniza de tabaco. La ceniza que se agrieta o se desprende con facilidad, puede ser síntomas de exceso de fertilizantes, humedad excesiva o escasa.

Intentaremos en este punto descubrir la mayor cantidad de aromas posibles, como herbales, florales, maderas, especias, químicos, frutales…

GUSTO

Y al igual que los aromas, el cannabis tiene una amplia gama de sabores, algunos tan reconocibles como los cítricos, otros más desapercibidos quizá por no haber probado nunca algo parecido. En una cata de marihuana distinguiremos sabores primarios, sabores secundarios y el retrogusto. Una marihuana que tenga sabores metálicos, rasque, pique o haga toser, querrá decir que puede tener exceso de abonos, lo que restará puntos al cogollo en una cata. Igualmente se deben agudizar muy bien las papilas gustativas para valorar principalmente 3 aspectos.

  • Al empezar un porro: encendemos el porro y desechamos las dos o tres primeras caladas que pueden tener restos de sabores del gas del mechero o del exceso de papel. Las primeras caladas a la hora de catar tienen que ser cortas y suaves, manteniendo el humo en la boca para que los aceites de la resina se fijen al paladar. Algunas caladas se deben expulsar lentamente por la nariz para encontrar todos los matices, otras por la boca para terminar de confirmar los sabores primarios y secundarios.
  • A mitad del porro: una hierba de calidad no pierde sabor conforme avanza la combustión, si no todo al contrario, va ganando matices. La duración de los sabores es un punto muy importante, tienen que perdurar en el paladar e intensificarse con el avance de la fumada. Si la calidad es mala, a llegar a mitad del porro es posible que ya no tenga sabor o sepa a pura hierba de campo. Aquí es cuando se hace la prueba de resina, es decir comprobaremos si existe aceitillo  en la zona inferior de la ceniza. Las mejores hierbas dejan un rastro de aceite en la zona cercana a la combustión.
  • Al terminar un porro: seguiremos valorando la duración del sabor, el retrogusto y la presencia de aceite de la combustión. También que se queden los labios untados en resina es señal de que la cantidad de tricomas del cogollo es muy alto. No es raro que en una buena hierba que tenga un buen curado, sigan apareciendo matices que hasta entonces han pasado desapercibidos.

También intentaremos descubrir todos los sabores que nos podamos ir encontrando, una tabla de terpenos de las que se usan en catas de vino nos puede venir muy bien para aclarar algo sabores y matices pues la mayor parte de ellos coinciden con los del cannabis.

EFECTOS

Los efectos son el aspecto más importante de la marihuana y lo que marca la diferencia no sólo con otras plantas, si no con las de la misma especie. Seguro que no conocéis a nadie que sólo fume marihuana por su sabor y no por sus efectos. También es la mejor parte de la cata de marihuana, cuando ya sólo queda disfrutar el porro y dejarse llevar.

  • Rapidez del efecto: la mejor marihuana tienen un efecto instantáneo y que es fácilmente apreciable en las primeras caladas. Las de peor calidad, pueden llegar a dejar indiferente al consumidor. Si tienen poca resina y por lo tanto poco THC, los efectos pueden no aparecer hasta que el organismo haya acumulado la sufiente cantidad de cannabinoides, ésto puede pasar normalmente al terminar el porro o un buen rato después. Este es un aspecto muy fácil de valorar para cualquiera.
  • Duración del efecto: y del mismo modo, una buena hierba tiene una duración de sus efectos largos. Puede darse el caso de que tenga unos efectos instantáneos y en cambio sean de duración corta. Gran parte de este factor tiene mucho que ver con la tolerancia del propio consumidor. Lógicamente, las muestras que tengan un efecto más prolongado serán las mejores valoradas, independientemente de la rapidez o el tipo de efecto.
  • Tipo de efecto: partimos de la base de que no se puede valorar una hierba por ser más cerebral o física que otra, por lo que aquí valoraremos la intensidad del efecto. Habrá quien prefiera las sativas y quien las índicas, pero en la cata de marihuana se busca siempre la imparcialidad. Si estamos ante una sativa, tenemos que valorarla como se espera que sea una sativa y si es índica como se espera que sea una índica. Los efectos pueden ser físicos, cerebrales, narcóticos, taquicárdicos, triposos o chistosos por nombrar los más frecuentes y comunes.

Aspectos importantes a la hora de hacer una cata de marihuana

Siempre es más fácil catar varias muestras y valorarlas, que hacerlo con sólo una. Podremos compararlas teniendo una referencia entre ellas, por no hablar de los animados debates que tienen las reuniones entre amigos para hacer una cata de las cosechas propias. También nos servirá para ser mejores cultivadores y por supuesto mejores fumadores y catadores.

Las catas son para ser justos, no para quedar bien. Hay que olvidarse de las amistades y valorar cada aspecto con la nota que se merece. Si la hierba no es muy potente, no tiene demasiado buen sabor o rasca por un exceso de nutrientes, de nada valdrá ocultarlo, alguien se dará cuenta y al final quedarás peor. Una buena hierba se reconoce fácilmente al igual que una mala.

Cuando se hace una cata de marihuana, procura no comer antes alimentos de sabor fuerte ni lavarte los dientes, pues modificaría el sabor puro del cogollo.

Si la cata de hace a diferentes variedades, vete poco a poco, esperando que se pasen los efectos de una para probar la siguiente. Tampoco queremos una mezcla de sensaciones que no se ajustan a una variedad en concreto si no a todas ellas, sin saber cual es el efecto real de cada una. Tampoco sigas catando si ya vas morado, déjalo para el siguiente día y termina de disfrutar olvidándote de valorar la hierba.

Fotos: vinetur.com, cannabismagazine.es