Germinar semillas de cannabis es una tarea muy sencilla. Pero en muchas ocasiones la realizamos incorrectamente y terminamos matando la semilla. Y es algo que sucede en cultivadores principiantes pero también en los más veteranos. Sea por desconocimiento o exceso de confianza, no llega a ser extraño que de cuando en cuando perdamos por el camino alguna que otra semilla.
Existen varios sistemas, todos son válidos en tanto en cuanto el resultado sea el mismo: que la semilla germine. Una semilla contiene en su interior un embrión en estado latente. Bajo unas condiciones apropiadas, de la semilla nacerá una planta. Estas condiciones son principalmente una humedad muy alta, y una temperatura media, en torno a los 24ºC.
Es el método para germinar semillas de cannabis más extendido y fiable por varios motivos. El principal es que podremos ver en todo momento el proceso. También tiene sus inconvenientes, aunque serán principalmente debido a nosotros mismos, como que las servilletas se deshidraten. O que las dejemos demasiado tiempo y la raíz alcance un gran tamaño, e incluso los cotiledones lleguen a abrir.
En muchas webs se lee que se puede usar un plato y después tapar con otro. Ésto tiene el riesgo de que como nos descuidemos, las servilletas se pueden llegar a secar por evaporación, y las semillas morir. Siempre será mejor usar un recipiente con tapa, o poner un film transparente sobre el plato antes de taparlo con el otro. Así evitaremos la pérdida de agua y la humedad relativa interior rozará el 100%. La temperatura como hemos mencionado, debe rondar los 24ºC.
Ponemos una servilleta en la base, y la humedecemos un poco pero sin llegar a encharcar. Sobre las servilletas ponemos las semillas separadas unos 3 cm unas de otras. Y podemos tapar con otra servilleta húmeda o no, las semillas durante la germinación requieren oscuridad, así que valora si el recipiente que uses ofrecerá oscuridad interior, o por el contrario taparlas con otra servilleta para ofrecerles más oscuridad.
El tiempo dependerá mucho de varios factores, como la genética o la frescura de las semillas, además de las condiciones de humedad y temperatura que aportemos. Cuanto más se aproximen a los valores óptimos, más rápido germinarán. Éstos son del 80 al 100% de humedad, y entre 22 y 26ºC. Podríamos hablar de un tiempo estimado de entre 24 horas y 96 horas. O de 1 a 4 días. No nos extrañe que algunas sean un poco más lentas, o incluso más rápidas.
Lo que debemos estar es atentos y comprobar cada 12 o 24 horas su estado, pues una vez abren, la raíz puede llegar a desarrollarse muy rápido. Y cuanto más larga sea la raíz, más riesgo habrá de que se nos rompa al manipularla y enterrarla en el sustrato. Lo ideal es que no tenga más de 1 cm de longitud, mejor si es medio centímetro. Y en buen sustrato, hacemos un pequeño agujero con un palillo y enterramos las semillas con la raíz hacia abajo. La profundidad, sobre un centímetro aproximadamente, nunca más de dos.
En poco tiempo, veremos la semilla asomar sobre el sustrato y comenzar a crecer día a día. Para terminar, decir que una vez la semilla en el sustrato, ya no será necesario tener las macetas a oscuras. Sin buena iluminación, las pequeñas semillas tenderán a espigarse y orientarse a la fuente de luz más cercana.