A estas alturas del año quien más y quien menos ya tiene sus plantas creciendo en exterior. Pero hasta mediados de junio aún hay tiempo, así que si aún no has germinado tampoco tengas prisa. Conseguirás plantas de menor tamaño, pero buenas cosechas. En nuestro post de hoy trataremos el cuidado de las plantas durante esta fase de crecimiento vegetativo. Con los consejos que aquí te daremos, conseguirás unos ejemplares envidiables.
La fase de crecimiento se llama a la que viene después de la fase de desarrollo, una vez las plantas cuentan con un buen sistema de raíces y el crecimiento comienza a acelerarse. Con las mejores condiciones, como es un buen clima y una sustrato de calidad, las plantas crecen una media de 1-5 cm diarios. Es importante para conseguir las plantas más grandes y las mejores cosechas, garantizar el suficiente espacio para que las raíces se expandan.
Los trasplantes entre otras cosas, garantizan un nuevo suministro de nutrientes. Las plantas los aprovecharán para una vez recuperadas del estrés que supone, dar otro buen estirón hasta que de nuevo los vuelvan a agotar y las raíces hayan colonizado este nuevo espacio. Se deben realizar el número de trasplantes necesarios hasta que comience la fase de floración cuando se quieran plantas de gran tamaño. Una vez las raíces no tengan espacio para desarrollarse, el crecimiento se estanca.
Hacer un trasplante es muy sencillo. Se deben evitar siempre las horas de más calor del día, siendo la mejor opción realizarlos a primera o última hora del día. Si es sustrato está muy húmedo, corremos el riesgo de que de desmorone al extraer el cepellón de la maceta y se rompa alguna raíz. Por éso los trasplantes se deben hacer con una humedad en es sustrato media-baja.
En una maceta de mayor tamaño a la que estemos usando, añadimos una capa de material drenante como arlita, y después una capa de sustrato nuevo. Una vez hayamos extraído con cuidado la planta de su maceta, la introducimos en la nuevo. Y vamos rellenando de tierra poco a poco, presionando ligeramente para que no queden bolsas de aire. Para terminar, realizamos un riego abundante, rellenando si fuese necesario con más tierra los posibles espacios que vayan quedando.
Durante la fase de crecimiento, el nutriente que más demandan las plantas es el Nitrógeno. Es por ello que todos los abonos para esta fase contengan un NPK con cantidades generosas de Nitrógeno. Este nutriente es imprescindible para el desarrollo de hojas, tallos y para la síntesis de la clorofila. Una deficiencia de nitrógeno se identifica con bastante facilidad. El crecimiento se ralentiza, las hojas amarillean y finalmente terminan secándose.
En cada trasplante, para asegurarnos altas dosis de nitrógeno, podemos añadir una buena cantidad de humus de lombriz, un abono natural, económico y de fácil asimilación. Pero tarde o temprano, es posible que este suministro se agote y tengamos que echar mano de un abono de crecimiento. Sea de la marca que sea, seguiremos las indicaciones del fabricante para evitar posibles sobrefertilizaciones.
En caso de sobrefertizar las planta, debemos tomar una serie de medidas. Si es un sobrefertilización leve, simplemente con regar cuando toque con agua sola puede ser suficiente. Si es una sobrefertilización severa, como última medida haremos un lavado de raíces. Para ello regaremos con el triple de agua que la capacidad de la maceta para eliminar el exceso de nutrientes del sustrato. Si tenemos una maceta de 20 litros, serían 60 litros de agua.
Las raíces son la zona más sensible e importante de las plantas. Unas raíces sanas y bien desarrolladas, garantiza una buena absorción de nutrientes. Un sistema radicular débil, tarde o temprano creará una serie de problemas. Éstos se pueden traducir en un crecimiento de las plantas lento, el ataque de plagas u hongos, o la muerte de la planta. Para contar con un sistema redicular fuerte y sano, existen una serie de productos como enzimas, estimuladores de raíces, hongos micorrizas…
Las función de las enzimas es la de descomponer las raíces muertas de la propia planta, evitando que éstas sean pasto de hongos patógenos. Estas raíces muertas también se transforman en nutrientes de fácil asimilación, por lo que el sustrato se mantiene limpio.
Las micorrizas por otro lado es un hongo beneficioso que crea una simbiosis con la raíz de las plantas. La planta recibe del hongo agua y nutrientes, y el hongo recibe de la planta hidratos de carbono que no puede generar por sí mismo. Se mejora por lo tanto la absorción de agua y nutrientes, además de una mayor resistencia de la planta frente a sequías o situaciones de estrés.
Es esta fase es cuando se deben realizar todas las podas necesarias. Aunque es opcional, en determinados casos llegan a ser necesarios. Cuando no se quieren plantas de gran tamaño, una poda es la mejor solución. Reaclacamos que podar no es quitar hojas, sino ramas enteras.
Existen varios tipos de poda, como la apical o la FIM. Pero no todas las plantas reaccionan igual a las podas. Mientras unas ramificarán rápido y se ensancharán, otras pueden tardan mucho en recuperarse. Para ésto no existe ninguna regla escrita, aunque a groso modo, las sativas e híbridos índica/sativa aceptan mejor las podas que las índicas.
A la hora de realizar una poda, igual que con los trasplantes, optaremos por el amanecer o el atardecer. También usaremos herramientas de corte muy afiladas para minimizar los daños. Y por supuesto, previamente desinfectadas con alcohol. Si fuese necesario debido al grosor de la rama que hayamos podado, además usaremos una pasta cicatrizante.
No es mal momento ahora para empezar a hacer algunos esquejes de las plantas que tengamos. Podemos usar alguna rama baja o aprovechar si hacemos alguna poda. Cuanto más tarde esperemos para sacar algún clon, lógicamente menos crecerán. Pero contando con espacio y alguna maceta vacía, es una excelente opción para conseguir una cosecha extra.
Un esqueje o clon es una copia genética de una planta. Conserva su mismo patrón de crecimiento, mismo período de floración, misma potencia e idéntico sabor. Así que si a priori sabemos que contamos con una gran planta, no está de más aprovechar la ocasión. Hacer esquejes es muy sencillo, con una mínima inversión conseguiremos un cultivo más productivo.
Son fechas ahora donde las plagas empiezan a amenazar a las plantas. Con la llegada del buen tiempo, nuestro cultivo será objeto de deseo de numerosos insectos. Algunos no son dañinos. Otros en cambio sólo buscan alimentarse de las hojas o savia de la planta. Trips, araña roja, mosca blanca, pulgones, mosca del sustrato, minador de la hoja, saltamontes, cochinilla, gusanos, caracoles o babosas, son las principales amenazas pero no las únicas.
Hacer revisiones periódicas a las plantas es importante para detectar cualquier pequeño ataque antes de que se convierta en una plaga. Revisar hojas, tallos, troncos e incluso el sustrato, nos puede evitar muchos disgustos. También se puede usar como método preventivo algún producto. El aceite de Neem o el jabón potásico son los dos más conocidos. Y hacer tratamientos regulares mantendrá a las plantas libres de muchos de estos insectos malignos.
Como insectos beneficiosos, están las arañas comunes, mantis religiosas o mariquitas. Si nos encontramos alguna en el cultivo no las echaremos. Y si encontramos alguna en cualquier otro lugar, podemos llevarlas a nuestras plantas. Son guardianes que no se irán mientras tengan alimento disponible.