Esquejes o semillas de marihuana ¿qué es mejor cultivar?
¿ Esquejes o semillas ? Ésta es una pregunta que siempre nos solemos hacer a la hora de comenzar un cultivo, tanto en interior como en exterior. Al final, si todo marcha bien, el resultado será el mismo: una gran cosecha de resinosos cogollos. Pero lógicamente existen una serie de diferencias, ventajas y desventajas, entre esquejes o semillas, que trataremos de que las comprendas en este post.
Empezaremos con los esquejes y por lo más básico: un esqueje o clon es una copia idéntica de su madre. Es decir, tendrá el mismo período de floración, la misma resistencia, el mismo patrón de crecimiento… y los cogollos el mismo sabor y potencia. Ésto es un gran punto a favor de los esquejes, ya que todo cultivador sabrá de antemano lo que está cultivando por las referencias que tenga de la madre preguntando a quien le haya pasado ese esqueje. En el mejor de los casos, hasta quizá se haya podido catar un cogollos de la variedad en cuestión. No todos tenemos los mismos gustos y a lo que a uno le encanta, a otro no, aunque pueda ser una excelente genética pero que personalmente no nos apasione.
Otro punto a favor de los esquejes es su edad sexual, que también será la misma que la de su madre. Aunque un esqueje tenga apenas 5 cm, su edad genética puede ser de más de 10 o 15 años, como son los casos de los famosos clones elite Critical Bilbo o Black Domina La Barraca, leyendas en España. Ésto significa que un esqueje, tenga el tamaño que tenga, al rebajar el fotoperíodo, comenzará a florecer. Ésto es especialmente útil en interior, donde aparte de conocer el comportamiento de la genética, se podrán realizar cultivos usando técnicas como SOG, pequeños esquejes en macetas de 1-2 litros y que finalmente se quedan en un tamaño de unos 30-60cm, concentrando la producción en una única punta apical de gran tamaño.
Las semillas, en este aspecto, deben primeramente alcanzar la edad adulta antes de comenzar a florecer. Aún cultivando desde el principio con un fotoperíodo de floración, ésta no comenzará hasta como mínimo la 3ª o 4ª semana tras su germinación. Tenemos el ejemplo de las autoflorecientes, genéticas que no dependen de la luz para florecer, pero que no lo hacen hasta que tienen las 3-4 semanas, cuando alcanzan la edad adulta. Y en 3-4 semanas, algunas sativas pueden incluso doblar este tiempo, el crecimiento puede ser tanto que se complique el cultivo debido a la altura.
Seguimos con los esquejes, que tienen sus puntos fuertes pero también tienen sus puntos débiles. Uno de ellos es su degradación. Aunque una planta de marihuana puede vivir décadas con las condiciones y cuidados adecuados, también tienen senectud. Como a nosotros, los años le pasan por encima y van perdiendo cualidades. Si a ésto le unimos que a nosotros nos ha llegado un esqueje de un esqueje de un esqueje de un esqueje de la madre, no tendrá el mismo vigor que si procede directamente de la madre. Quien conserve una buena madre durante años, comprobará que con el tiempo va perdiendo algo de vigor y producción.
Otro de los puntos débiles de los esquejes es que, en ocasiones, se pueden convertir en un foco de infección y una amenaza para nuestro cultivo. Si nos pasan un esqueje, lo primero que se debe hacer es aplicarle una buena ducha de insecticida y tenerlo alejado de nuestras plantas. Desde plagas hasta hongos, en un esqueje nos puede llegar de todo. Grupos de cultivadores que suelen compartir clones, en ocasiones también comparten araña roja, trips, fusarium o cualquier tipo de virus o enfermedad.
Y ya por último, el punto más débil de los esquejes es que, en ocasiones, no se consiguen fácilmente y la variedad es bastante reducida. Recordamos que la venta de esquejes es ilegal y las sanciones económicas elevadas, así que todo se reduce a conocer a alguien que, en confianza, nos pueda ceder unas ramas de sus plantas a cambio de después invitarlo a saborear la cosecha. Incluso no hace falta ni que te las dé enraizadas, simplemente con cortar unas ramas y envolverlas en una servilleta mojada, es suficiente para que al llegar a casa podamos preparar unos buenos esquejes. Y si ya cuentas con un armario de madres, podríamos decir que los esquejes son siempre a tu gusto e ilimitados, siempre va a ser la mejor opción de todas pero a la que no todos tienen acceso.
Entre esquejes o semillas, las semillas son más vigorosas y alcanzan mayor tamaño. Si comparamos un esqueje y una semilla de la misma variedad, la explicación la encontramos bajo el nivel del suelo. Las semillas cuentan con una raíz principal, también llamada raíz primaria, raíz pivotante, raíz axonomorfa o raíz fusiforme, y es una raíz preparada para crecer verticalmente hacia abajo formando un eje del que brotan las raíces secundarias. Esta raíz no sólo proporciona una mayor sujeción y llega a niveles del subsuelo donde abundan agua y nutrientes, sino que ayuda a formar una mayor masa radicular que la de los esquejes, que no cuentan con esta raíz primaria sino con secundarias. A mayor masa radicular, mayor capacidad de asimilación de nutrientes y más crecimiento.
El punto fuerte de las semillas también es la variedad. Índicas, sativas, híbridos, cítricas, inciensadas, frutales, verdes, rojas, negras, grandes, medianas, pequeñas, para reír, para dormir, medicinales, más fáciles, más difíciles, de floración corta, de floración larga, regulares, feminizadas, autoflorecientes… La oferta es casi ilimitada, hay cientos de sabores y efectos para todos los gustos. Es prácticamente imposible que no haya una semilla que no se adapte a ti y a tu cultivo. Y lo dicho, si cuentas con un interior, no hay mayor satisfacción que seleccionar una buena madre, mantenerla y compartirla con amigos. Fue así como los esquejes élite más famosos llegaron a ser famosos.
Semillas o esquejes, esquejes o semillas, al final es una decisión personal de cada uno. En ocasiones pasa por ser también sólo una la opción posible. Sea como sea, no todo el resultado final dependerá de si nos decantamos por esquejes o semillas. Hace años le escuché a un veterano cultivador que el éxito del cultivo depende un 30% de la calidad de la planta, un 30% de la mano del cultivador, un 30% de la calidad del sustrato y los nutrientes, y un 10% está en manos del azar. En siguientes post trataremos algunos de estos otros factores igual de importantes. ¡Aquí te esperamos!