En este post os vamos a explicar como diferenciar el sexo de las plantas de marihuana, en especial, hembras que son las que nos proporcionan los cogollos que después fumaremos, de plantas macho que en principio no tienen ningún valor para el cultivador que sólo busca disfrutar de un buen humo.
La marihuana es una especie dioica. Esto quiere decir que hay ejemplares masculinos y femeninos. Pero en ocasiones se puede encontrar alguna planta que muestre los dos sexos, las denominadas hermafroditas o monoicas.
La polinización en el cannabis se origina cuando polen en suspensión de las flores masculinas entra en contacto con los estigmas de los cogollos, comenzando a formarse las semillas en sus cálices.
Las plantas hembra que han sido fecundadas, emplearás la mayor parte de su energía en la formación de las semillas, así que sus cogollos serán mucho más pequeños y tendrán menos potencia.
Es por esto por lo que debemos prestar atención al sexo de nuestras plantas de marihuana y asegurarnos un cultivo sólo de hembras.
Salvo que uno quiera hacer una polinización controlada, se deber eliminar los todos los machos que puedan aparecer para evitar polinizaciones accidentales que nos den semillas no deseadas. Es lo que denominamos un cultivo sinsemilla.
El cannabis es una especie fotoperiodica. Crece cuando las horas de luz aumentan y florece siempre que haya alcanzado la edad sexual adulta y cuando las horas de luz decrecen y el fotoperíodo nocturno es mayor.
Si no ha marcado el sexo con la aparición de alguna preflor hasta entonces, es en este momento cuando debemos estar alerta y buscar detenidamente en los nudos de las partes altas de las plantas.
En el hemisferio Norte, la floración comienza alrededor de la segunda quincena de Julio, siempre dependiendo de la variedad que cultivemos.
Las plantas de marihuana hembras nos ofrecen en los nudos unas preflores (cálices) en forma de gota de agua de donde salen dos pelitos blancos llamados pistilos.
Estos se agrupan en lo que comúnmente llamamos cogollos y como ya dijimos anteriormente, son las que realmente nos interesan.
Los machos florecen ofreciendo en los nudos unas bolitas redondas que forman racimos colgantes que acaban abriéndose y soltando el polen con el que fecundan las flores femeninas por lo que debemos cortarlas cuando .
Las hermafroditas son las plantas que presentan los dos sexos. Su interés para el cultivador es nulo por la gran cantidad de semillas que se suelen encontrar en los cogollos, aparte del mal sabor.
En situaciones de estrés cualquier planta hembra puede aparecer algún «platanito» o flor macho sin que ésta sea hermafrodita.
Podemos quitarlas con unas pinzas, vigilar si aparecen más y si hubiese alguna circunstancia por que pudo haber producido ese estrés, corregirla (contaminación lumínica, excesos de temperatura, mala nutrición…).
Es muy sencillo. Tan sólo es necesario sacar un esqueje de cada planta, identificarlo y una vez enraizados meterlos en un armario con luz artificial y un fotoperíodo de 12/12 con las condiciones de un cultivo de interior.
En aproximadamente diez días ya estarán comenzando a florecer. Tan sólo quedará eliminar las plantas a la que corresponde el esqueje macho si hubiese alguno.
El sexo de una planta de marihuana viene predeterminado, por lo que si el interés del cultivador es garantizarse ejemplares hembra, la mejor opción son las semillas feminizadas.
NUNCA se debe conservar una planta macho en exterior en floración, el polen puede viajar varios kilómetros y perjudicar así a los posibles compañeros cultivadores que tengamos cerca.
No. Como decimos el sexo de una semilla viene predefinido desde su formación. Existe el mito de que ante determinadas condiciones de cultivo, una semilla puede decantarse por ser macho o hembra.
Esto es del todo falso, ya que de ser así no existirían las semillas feminizadas. Comprando semillas regulares y con unas condiciones específicas saldrían plantas hembra. Pero nada más lejos de la realidad.
Sí es cierto que durante la formación de las semillas, determinadas condiciones pueden favorecer que se decanten por un sexo u otro. Pero una vez la semilla se ha formado, su sexo es invariable.