El THC de la marihuana ingerida es matabolizado por el hígado que lo transforma en 11-hydroxy-THC, un metabolito activo y que penetración la barrera hematoencefálica más eficazmente. Es el principal motivo por lo que los efectos son más elevados.
El THC inhalado sufre un proceso metabólico diferente, ya que viaja directamente al cerebro sin antes pasar por el estómago primero y por el hígado después. Ésta es la principal razón por la que los efectos de la marihuana fumada o vaporizada se aceleran rápidamente pero disminuyen también a gran velocidad.
Los cannabinoides ingeridos suelen tardar de 30 a 120 minutos en comenzar a metabolizarse y nosotros en comenzar a notar los efectos. La duración de los efectos pueden durar entre 5 y 12 horas, y por lo general son más corporales y fuertes, psicodélicos en casos de dosis elevadas.
La marihuana fumada o vaporizada en cambio ofrecen una menor concentración de cannabinoides en el torrente sanguíneo. Los efectos del cannabis inhalado tienden a un estado máximo durante los primeros 10 minutos y rápidamente comienzan a desaparecer a partir de los 30 a 60 minutos.
Determinar la cantidad de THC que se debe administrar ingerido no es sencillo debido a los efectos retardados que comentamos en el punto anterior. Sólo con un poco de experiencia se conseguirá calcular una dosis perfecta y que no resulte demasiado baja ni excesiva, que por otro lado puede tener unos efectos no deseados.
La marihuana fumada o vaporizada tiene unos efectos casi instantáneos que permiten calcular la dosis necesaria, nuestro propio cuerpo nos avisará si nos estamos pasando tan sólo en pocos minutos, o por el contrario podemos liarnos y fumar uno más.
Calcular la cantidad de marihuana que se añade a un consumible no es sencillo. La regla de oro es emplear de 0,5 a 1 gramos de hierba por persona o dosis. Pero también depende de la marihuana que usemos, ésto puede ser suficiente o excesivo. Esperar al menos una hora para conocer la potencia de una simple galleta es excesivo, lógicamente.
Las cantidades de THC y CBD que indican los bancos de semillas son orientativos, aunque es muy sencillo comprobar si una planta en concreto es potente o muy potente, basta unas pocas caladas para descubrirlo y por lo tanto, es fácil saber qué cantidad de marihuana usar en cada porro.
Cada vez son más las personas que se interesan más en los comestibles, siendo a día de hoy la alternativa más saludable por encima de la vaporización y una de la más recomendada cuando se habla de consumo terapéutico. Además por sus efectos más prolongados proporciona un alivio más duradero en síntomas como el dolor.
La marihuana fumada contiene numerosos agentes tóxicos producidos en la combustión, uno de nuestros principales enemigos para los pulmones. Mucha gente además mezcla la marihuana con tabaco, con lo que los riesgos de enfermedades pulmonares aumentan considerablemente.