Los amantes del cannabis y de la acuarofilia tienen mucho que celebrar a partir de ahora. Un grupo de trabajo de Estados Unidos compuesto por científicos, cultivadores y acuariofílicos, han conseguido desarrollar una variedad de marihuana que crece sumergida en el interior de acuarios de peces tropicales de agua dulce.
Esta nueva genética fruto de años de investigación ha surgido en base a la acuaponía, que emplea los deshechos generados por los peces y disueltos en el agua, cargados entre otros de nitratos y fosfatos, para la nutrición de plantas en el exterior del acuario. Las plantas actúan como filtro biológico, absorbiendo los nutrientes y devolviendo de nuevo al acuario el agua limpia.
La nueva variedad que han bautizado como Water Fish Kush, crece en el interior de los acuarios, y absorbe directamente el alimento tanto por hojas como por raíces. Para no modificar los ciclos lumínicos que precisan los peces, la variedad es autofloreciente y no crece más de 30 cm, una altura que permite cultivarla en prácticamente cualquier acuario por pequeño que sea.
Este logro permitirá a cualquier persona que ya cuente con un acuario de agua dulce cultivar sus pequeñas plantas de cannabis. A la vez supone una decoración novedosa que podrá reducir significativamente los obligados cambios de agua en los acuarios por la acumulación de nitratos y fosfatos, manteniendo un agua limpia y cristalina durante semanas.
Puesto que los tricomas del cannabis no son hidrosolubles, no hay peligro de que se disuelvan en el agua y causen efectos negativos en los peces. Aunque sí han descubiertos que algunas especies como los cíclidos africanos sienten predilección por los preciados tricomas y pueden comerse los cogollos. Puesto que el THCA tiene una psicoactividad baja, tampoco sería un grave problema, aunque si para el cultivador que verá menguada su cosecha.
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