Entramos en agosto y la gran mayoría de plantas de marihuana en exterior en España y latitudes similares habrán entrado en floración. Los brotes poco a poco se irán cubriendo de blancos pistilos. Y los cogollos irán tomando forma y engordando. Algunas otras puede que ni siquiera hayan sexado ni muestren ningún tipo de signo de comenzar la nueva fase. No es nada extraño.
Salvo alguna que otra excepción, cualquier abono o estimulador de crecimiento no tiene sentido usarlos ahora. Tal vez si se dan casos como carencias de nitrógeno se podría usar alguna dosis de abono de crecimiento. Aunque ésto no será lo habitual. Que una planta amarillee o pierda alguna hoja de las zonas bajas es del todo normal. Si ésto sucede de una manera acelerada o con quemaduras, deberíamos pensar en un desequilibrio del pH. Ésto afecta a la asimilación de nutrientes. También podría tratarse de un exceso/carencia de nutrientes.
Las plantas de marihuana en floración requieren abonos específicos de floración. Éstos contienen generalmente dosis elevadas de fósforo y potasio, los dos nutrientes más empleados por las plantas para la producción y el engorde de los cogollos. Son los que conocemos como abonos base, que normalmente contienen unas cantidades mínimas pero necesarias de todos los nutrientes para esta fase.
Por otro lado nos encontramos una serie de productos que aportan una serie de elementos en determinadas fases de la floración. Éstos se emplean para mejorar los rendimientos. Los más famosos son los estimuladores de floración, que se usan exclusivamente al inicio del ciclo, y los potenciadores de floración que se usan normalmente a partir de la mitad de la floración. Se trata de los típicos PK, abonos que contienen altas cantidades de fósforo y potasio, como mencionamos antes los dos nutrientes más demandados por la planta el engorde de cogollos.
En zonas húmedas, se debe prestar especial atención ya que los hongos no tardarán en atacar las plantas. Y especialmente el oídio y la botrytis. Los dos son los hongos que más daños causan en la fase de floración. Y sobretodo a partir de mediados de agosto. El otoño cada vez está más cerca. Las noches son más frías y es habitual que los días amanezcan con una capa de rocío. Después, con la subida brusca de temperaturas diurnas, los hongos encuentran las mejores condiciones para desarrollarse.
En estos climas, siempre conviene usar preventivos contra los hongos. Y aunque ya tarde, para las siguientes temporadas puedes podar las plantas para reducir el tamaño de los cogollos, pero aumentar su número. Los cogollos grandes y compactos siempre son los más propensos a sufrir ataques de botrytis. Cultivar en zonas bien ventiladas, también evita en gran medida el ataque entre otros del oídio y la propia botrytis. Cualquier corriente de aire por pequeña que sea, ayudará a ventilar los cogollos y eliminar la humedad tras una noche de rocío.
Y ya poco a poco se va acercando el mes de septiembre. Las variedades de floración más rápidas ya se podrán ir cosechando. Incluso las llamadas fast version, que son un primer cruce entre una variedad fotodependiende y una autofloreciente, es posible que se puedan cosechar a finales de este mes de agosto. Pero ésto y mucho más lo hablaremos en nuestro siguiente post, dónde ya nos meteremos en la cosecha, secado y curado. No conviene que todo el trabajo y dinero invertido hasta ahora se vengan abajo por una mala decisión final.
