Cultivo invernal de marihuana en exterior: sin miedo al frío
Estamos teniendo un invierno atípico, mientras en el norte de España es uno de los más secos y cálidos de los últimos años, en el sur y el levante ha llovido en pocos días más de lo que suele hacer en el resto del año. Poco a poco el tiempo irá apaciguando y volveremos a los largos y lluviosos inviernos de Galicia y los soleados y templados de Andalucía. Los más privilegiados se podrán permitir el lujo de realizar un cultivo invernal y cosechar antes de primavera o durante sus primeras semanas.
Un cultivo invernal es muy sencillo y tan sólo debemos tener en cuenta algunos aspectos importantes. Uno es el fotoperíodo, sabemos que las plantas crecen cuando los días crecen, y florecen cuando los días decrecen. Como planta de temporada, su ciclo en estado salvaje comenzaría en primavera y terminaría en invierno con la bajada de temperaturas. Siempre que las plantas reciban un mínimo de horas de luz y las temperaturas no sean excesivamente bajas, no tendrán problemas en completar sus ciclos. Pero nos encontramos que cada semana que pasa, las plantas van recibiendo más y más minutos de luz.
Si partimos de esquejes salidos de un interior, el cambio de fotoperíodo fuerza a los esquejes a florecer. Darán un buen estirón previamente, consiguiendo plantas de pequeño tamaño y que prácticamente cosecharemos en los períodos de floración de esa variedad. Muchos cultivadores aprovechan para renovar las madres, dejándolas crecer lo máximo posible antes de sacarlas al exterior. Si partimos de semilla, igualmente debemos darle al menos un mes de crecimiento en interior. Las plantas no florecen hasta que alcanzan la edad adulta y mientras si se parte de semilla tardan de 4 a 6 semanas en poder entrar en floración, un esqueje cuenta con la edad que tiene la madre y florecerá sea cual sea su tamaño.
Pudiera parecer que hablando de todo ésto la mejor solución sea optar directamente por variedades autoflorecientes, pero nada más lejos de la realidad. Las variedades automáticas son perfectas para cultivar con ciclos lumínicos muy elevados, germinándolas a mediados de primavera aprovechan los días más largos y con más sol, pudiendo cosecharse en pleno verano. Es muy buena opción para adelantar una cosecha que con variedades fotodependientes se iría mínimo hasta mediados-finales de septiembre. Con fotoperíodos bajos, el crecimiento y los rendimientos se ven muy mermados, además de que no son ni más ni menos resistentes al invierno que cualquier otra variedad.
Otro aspecto a tener en cuenta es el período de floración de la variedad. En variedades típicas de 8 semanas de floración, sacando esquejes a primeros de febrero no los tendremos para cosechar hasta finales de abril o primeros de mayo. A partir de mediados de mayo, los días son lo suficientemente largos como para hacer que las plantas revegeten, es decir que vuelvan a estado vegetativo interrumpiendo la floración al recibir más horas de luz que de oscuridad, algo muy común en este tipo de cultivos. Veremos como comienzan a salir hojas nuevas y los nudos se van alargando para finalmente interrumpir del todo la floración. Un cultivo invernal partiendo de sativas puede llegar a ser inviable, preferiblemente se seleccionan variedades de floración rápida o se calcula el período de floración para no pasarse de mediados de mayo.
Por último, la temperatura y la humedad. Algunas variedades directamente no toleran ni el frío ni las humedades típicas de estos meses. En general, las necesidades nutricionales de las plantas disminuyen con temperaturas más bajas. También es típico que las plantas adquieran colores oscuros, tanto hojas como tallos y cogollos, debido en gran medida a las dificultades para la absorción de algunos nutrientes. Es algo muy normal y espectacular, pues variedades que normalmente se muestran verdes, pasan a exhibir unos colores púrpuras o negros muy llamativos. Las bajas temperaturas por otra parte hace que los terpenos se mantengan intactos y generalmente los cogollos tienen un sabor más limpio y pronunciado.
Una de las grandes ventajas del cultivo invernal, son la escasez de plagas que hay en estos meses fríos. Salvo caracoles y babosas o algún que otro gusano durante las primeras semanas mientras las plantas aún son pequeñas, crecerán libres de trips, mosca del sustrato, pulgón, saltamontes, minadores o araña roja, o en todo caso serán ataques muy aislados y fáciles de eliminar debido a la baja actividad que muestran las plagas con estas temperaturas.
Y uno de los grandes inconvenientes por llamarlo de alguna manera, es la producción, más baja que en cultivos de temporada. Ya para empezar ni contamos con la temperatura adecuada ni con la misma cantidad de horas de luz y sol que en los meses de julio o agosto. Los cogollos serán más pequeños y menos compactos, pero siempre valdrá la pena. Además de que faltarían meses aún para la siguiente cosecha de exterior.
CONSEJOS PARA UN CULTIVO INVERNAL
- Nadie mejor que tú conoce tu clima. No te plantees un cultivo invernal si vives en una zona muy lluviosa o de heladas constantes. Lo más probable es que tus plantas no sobrevivan y pierdas el tiempo y el dinero.
- Saca tus plantas al exterior antes de la primera quincena de marzo para que como muy tarde terminen a mediados de mayo. Ante el mínimo signo de revegetación conviene comenzar a forzar el fotoperíodo nocturno, dando 12 horas de oscuridad total. No es fácil pero valdrá la pena para alcanzar la maduración de las flores.
- Nos marcaremos como fecha de cosecha mediados de mayo para evitar problemas de revegetación, así que buscaremos variedades que se cosechen antes de esa fecha. Híbridos Skunk o índicas es muy buena opción.
- Las plantas no crecerán en exceso, así que no necesitas grandes contenedores. Contando con esquejes, un trasplante el momento que se saquen al exterior a una maceta unos 17 litros es más que suficiente.
- Si dispones de un cobertizo o invernadero donde resguardar tus plantas los peores días, todas las noches o incluso cultivarlas de principio a fin, sin duda te lo agradecerán y tendrás más facilidades para cosechar. La marihuana aguanta sin problema una helada o nevada, pero si es constante terminará muriendo.
- Puedes complementar con luz artificial alguna hora, las plantas adquirirán un mayor tamaño y la producción será más elevada. Unas simples bombillas de bajo consumo las primeras semanas pueden llegar a ser muy útiles. Pero ten en cuenta que las luces llaman mucho la atención.
- Las raíces de las plantas trataremos que no bajen de 15-16º. Por debajo de esta temperatura se ve afectada la asimilación de nutrientes lo que afectará al desarrollo. Simplemente protegiendo la superficie del sustrato con paja o un plástico ya mejoraremos este aspecto.