¿Es mejor la marihuana cultivada en interior o exterior? ¿Cuales son las diferencias entre estos dos cultivos? De entrada diremos algo lógico. Que ni todos los cultivadores tienen posibilidad de cultivar en interior. Ni todos tienen la posibilidad de cultivar en exterior. Pudiendo disfrutar tanto de un espacio dentro de nuestra casa, como al aire libre, no se debe dejar pasar la oportunidad y aprovecharnos de ello. No hay nada más gratificante que tener plantas al sol durante primavera y verano, y también con luces artificiales en los meses más fríos.
Un cultivo en interior permite cultivar en cualquier época del año. Bien es cierto que en los meses más calurosos puede llegar a ser complicado lidiar con las altas temperaturas. Pero si tenemos el cultivo optimizado, con una zona exclusivamente para floración y otra para crecimiento, podremos conseguir hasta 6 cosechas anuales.
La segunda ventaja es el control total del clima. En interior no tendremos días nublados, lluviosos o fríos. También al poder controlar los fotoperíodos las plantas crecerán con largas horas de luz, algo que no sucede en exterior. Además podremos pasarlas a floración en el momento que deseemos.
Y la última, es la discreción. Un cultivo en interior sólo será conocido por quien tú quieras. Hoy en día existen armarios de cultivo de casi cualquier tamaño que se adaptará al espacio del que dispongas. Los temas de olor tampoco serán un problema con un filtro de carbón.
La principal ventaja, es que a día de hoy, el sol sigue siendo gratis. Si además tenemos espacio y dedicación, podremos hacer un compost buenísimo con lo que también el abono nos saldría gratis. Tener una cosecha superior al quilo por planta, sin haberse gastado nada o casi nada es excepcional.
Las cosechas son mayores. Una planta en exterior no es complicado que supere 1 o 2 kilos, incluso más si se germina a principios de primavera. Para conseguir esta cantidad en interior, se necesitaría un cultivo en 4-5 m2, o 4-5 cultivos en 1 m2.
La principal, es la inversión inicial. Cultivar en interior requiere mínimo de un buen sistema de iluminación, y un buen sistema de ventilación y extracción del aire. Un armario de cultivo llega a no ser necesario, pero sí muy recomendable por limpieza y discreción.
La luz es cara. Un cultivo completo en interior, de semilla a cosecha son un mínimo de 3 meses. En este tiempo pagaremos unos 130-140 euros. Si a ésto le sumamos la inversión de lo necesario, el primer cultivo nos saldrá excesivamente caro. En los siguientes ya se irá amortizando la inversión, claro está.
Como ya hemos dicho, en verano con las altas temperaturas exteriores, puede llegar a ser un suplicio sacar un cultivo en interior. Si al calor generado por la lámpara, le sumamos el aire caliente que metemos del exterior, el resultado es un horno. Aunque con un panel LED y un aire acondicionado no tendremos este problema, pero la inversión sube aún más.
Lógicamente, la gran desventaja es el clima. Lluvias, tormentas, granizos, fuerte viento, nubes… Es prácticamente imposible que durante el cultivo nuestras plantas no sufran las inclemencias del tiempo. Y en momentos clave como el inicio del crecimiento o final de floración, puede llegar a ser muy perjudicial.
Las plantas en exterior, además están más expuestas a plagas que en interior. Mientras que en interior son algo excepcionales los ataques de pulgón, gusanos, minadores, cochinilla, caracoles o saltamontes, en exterior hay todas éstas y muchas más, como pájaros, conejos, jabalíes o venados cuando se cultiva en guerrilla.
Y la última desventaja, es que nuestras plantas están también más expuestas a la peor plaga de todas: el ladrón de cosechas. Ni incluso en un jardín o huerto pegado a nuestra casa y totalmente cercado, las plantas estarán seguras. Y en muchas ocasiones, poco se puede hacer salvo ser discreto y tratar en la medida de lo posible proteger y camuflar el cultivo.