Cultivo en interior, no te pierdas con los primeros pasos
Vamos avanzando con nuestros post sobre el cultivo en interior de marihuana. En anteriores post tratamos los temas más importantes en la planificación del cultivo. Hemos hablado de la iluminación y la ventilación. También de la mejor elección de las semillas y el tamaño de las macetas. Y en nuestro anterior post relacionado comentamos otro tema importante como es el sustrato y los abonos. Así que ya teniendo lo necesario, es hora de germinar las semillas y darles vida a nuestras plantas.
Una semilla es un cuerpo que forma parte del fruto. De ella se origina a una nueva planta, siendo el principal método de propagación que tienen las plantas. En su interior contiene un embrión en estado latente que en condiciones apropiadas se desarrolla una nueva planta. También contiene almidones y proteínas que suministrarán alimento a este embrión, que irá almacenando estos nutrientes en los cotiledones. Estas condiciones se dan generalmente en primavera, pero en nuestro caso estas condiciones las podemos forzar a nuestro antojo.
Germinar semillas es muy sencillo, tan sólo se necesita mucha humedad y un ambiente templado. Hay muchísimas formas de hacerlo y como es tan fácil, tampoco se puede decir que un sistema de germinado sea mejor que otro. En buenas condiciones, una semilla germina en 1-3 días. Ésto significa que cualquier método que se emplee, por mucho que demore, no nos hará perder más de un día de cultivo.
GERMINANDO LAS SEMILLAS PARA EL CULTIVO EN INTERIOR
El sistema para germinar semillas más común es en un plato con servilletas húmedas. En un plato ponemos una servilleta y la humedecemos son encharcar. Ponemos las semillas encima y tapamos con otra servilleta que las protegerá de la luz. Durante la germinación no se deben secar las servilletas o la semilla podría morir, así que no es mala idea usar un recipiente con tapa o poner un film sobre el plato.
Y ésto lo situamos en un lugar de la casa que ronde los 20-22º, que no reciba la luz. Tras un día, debemos ir mirando, el germinado es rápido y debemos pasar las semillas al sustrato antes de que la raíz sea demasiado larga, ya que se corren más riesgos de rotura. En cuanto tengan medio cm de raíz, ya se debe realizar el trasplante.
Otra opción es usar jiffys, que son pequeños discos de turba prensada muy cómodos. O pequeños tacos de lana de roca, muy similares. Se hidratan con agua y se introduce la semilla en su interior. Ya cuentan con la oscuridad necesaria y una humedad adecuada. Tan sólo situándolos en un lugar templado no tardarán muchas horas en asomar las pequeñas plántulas. Se pasa a una maceta sin mayores complicaciones.
Y la última opción que vamos a mencionar es directamente en la maceta, enterrando la semilla más o menos 1 cm y humedeciendo el sustrato a continuación. Personalmente es mi preferida, desde el primer momento la raíz tiene espacio ilimitado para comenzar a desarrollarse. Y evita trabajos cuando se trabaja con decenas de semillas que suponen decenas de trasplantes.
LOS PRIMEROS PASOS DEL CULTIVO EN INTERIOR
Una vez que asome la plántula del sustrato, nuestra plántula ya demanda buenas cantidades y calidades de luz. Que una planta recién nacida se estire y empiece a aumentar la distancia a la apical, es culpa de la falta de luz. Para evitar este problema, la primera solución es ponerlas desde el primer momento bajo las luces y con un fotoperíodo de crecimiento.
En estos primeros días, debemos vigilar que la distancia de las plántulas a la lámpara no sea perjudicial. Debe ser la mínima posible sin que las pequeñas apicales se resientan. Un ventilador también desde el primer momento que las mueva ligeramente, también ayudará a que los tallos se fortalezcan, además de mantener una mejor temperatura en las puntas.
También debemos controlar que a las plantas no les falte agua. Pero tampoco conviene que les sobre. En esta fase la demanda de agua es muy poca, pero éso tampoco significa que haya que regar varias veces al día y un chorrito de agua cada vez. Es fácil cuando las plantas son pequeñas y las macetas también, levantarlas y comprobar por su peso si tienen necesidad de riego o no.
Y sólo con agua, siempre con un pH regulado y corregido, y una buena iluminación, todo comenzará con buen ritmo. Si hemos usado un buen sustrato, no necesitamos abonar durante al menos 2-4 semanas. Éstos dependerá de la cantidad de nutrientes que contenga, aunque ya será la propia planta la que muestre con un ligero amarilleamiento de las hojas más viejas la que comience a demandar nutrientes.
No te pierdas nuestro siguiente post, donde seguiremos dándoos interesantes consejos sobre la fase de crecimiento. También será el momento en el cual decidamos si usar o no alguna técnica de cultivo en interior que nos ayude a maximizar los rendimientos.