Cultivo

Cultivar marihuana en interior: guía para novatos (Parte 1)

Ahora que ya casi definitivamente se ha marchado el verano y las temperaturas han sufrido un importante descenso, es cuando los cultivadores de interior empiezan su máxima actividad. Y como cada vez son más los cultivadores que deciden empezar cultivando bajo luces artificiales por la falta de espacio exterior, aprovecharemos este post para todos aquellos que empiezan por primera vez sepan cómo cultivar marihuana teniendo claros los conceptos básicos.

Explicar en un solo post todos los pormenores del cultivo en interior sería como trascribir cualquier gran guía de cultivo de los grandes maestros, algo que a cualquiera le cansaría escribir y a otros leer. Así que resumiremos bastante pero tocando todos los temas importantes.

Empezamos con lo más básico, que es saber lo que necesita una planta de marihuana para vivir y desarrollarse, y que no es otra cosa que lo mismo que necesitamos nosotros: luz, agua, aire y nutrientes. Pensemos que en un cultivo interior pretendemos simular un exterior ideal, con días de largas horas de sol y sin lluvias. Pero también cultivar en interior es renunciar a una cantidad de aire ilimitada o al sol, que sigue siendo insustituible. Lo que buscamos en un equilibrio perfecto de cada uno de estos 4 factores, pues cualquier descompensación se resentirá en el cultivo.

 

  • LUZ: la luz es fuente de vida, para las plantas es imprescindible para producir clorofila e hidratos de carbono. Sin luz, las hojas se volverían amarillas y la planta terminaría muriendo. Las plantas sólo usan una parte del espectro de la luz, y en concreto las longitudes de onda que vemos como rojo y azul. Sin pararnos más y no liaros en exceso, a groso modo explicaría el por qué no toda la luz es apropiada para el cultivo de marihuana en interior.
  • AGUA: es tan esencial para una vida vegetal como la luz. Las raíces absorben agua, nutrientes y oxígeno del suelo y los transportan desde el tronco hasta las hojas mediante un proceso de ósmosis. Parte de este agua se emplea para la fotosíntesis, mientras que otra parte devuelve a la raíces azúcares y almidones producidos por la planta. Aunque la marihuana es una especie que consume grandes cantidades de agua, es tan perjudicial un exceso como una carencia.
  • AIRE: el cannabis también consume grandes cantidades de CO2, disponible en exterior de forma ilimitada pero que en interior, una sola planta consume el aire de su alrededor en muy poco tiempo. A través de los estomas de las hoja, unos poros microscópicos, las plantas absorben dióxido de carbono y oxígeno haciendo la atmósfera respirable para la vida de humanos y animales. Nosotros hacemos lo contrario, exhalamos CO2 haciendo la atmósfera respirable para el mundo vegetal.
  • NUTRIENTES: se conocen 13 nutrientes imprescindibles para el crecimiento vegetal, divididos en macronutrientes y micronutrientes. Podríamos sumar 3 más, los que las plantas más consumen como son el carbono, el oxígeno y el hidrógeno que juntos suman el 96% de sus necesidades, aunque directamente lo absorben del aire y poco nos importarán cuando contemos con una buena ventilación. Tan sólo el restante 4% lo componen el nitrógeno, potasio, calcio, magnesio, fósforo, azufre, cloro, boro, hierro, manganeso, zinc, cobre y molibdeno, de mayor a menor según la cantidad que demandan las plantas. Sin nutrientes, las plantas no crecen y mueren.

Los primeros pasos

Lo primero que debemos hacer es buscar un lugar para montar nuestra zona de cultivo. Lo más cómodo siempre será un armario y para un principiante la mejor opción siempre será un kit de armario completo ya que por un buen precio contiene todo lo necesario, como un coche full equip. Lámpara, balastro, reflector, filtro de olor, extractor e intractor, temporizadores, correas y un precioso armario de superficie reflectante. De otro modo tendrás que comprar por separado todo lo necesario gastando mucho más.

Busca un lugar limpio, seco, con una superficie estable y que disponga de ventilación si es posible. La solución a la falta de ventilación es un generador de CO2, excelente opción aún con buena ventilación ya que el cannabis agradece un aporte extra de CO2 con mayores tasas de crecimiento y floración.

Macetas, sustrato y semillas vienen después. Sobre variedades podríamos dedicar decenas de post, la primera vez que se cultiva nosotros siempre solemos recomendar a nuestros clientes variedades de fácil cultivo como Skunk#1, Critical+, Green Poison o Channel+. Son híbridos índica/sativa muy resistentes y que sin esfuerzo siempre ofrecen excelentes cosechas, además de ser plantas potentes (y especialmente muy olorosas).

Como sustrato, usa siempre una buena tierra, piensa que poner una semilla es un mal sustrato es como aparcar un Ferrari en una escombrera. Será la casa de las raíces de las plantas durante toda su vida y qué menos que darle a nuestras semillas un buen hogar. Muchas tierras que se compran en supermercados traen malas hierbas, exceso de fertilizantes químicos, plagas u hongos patógenos, ideales para geranios pero malas para marihuana. No quieras que tu semilla muera nada más meterla en un sustrato por su calidad mediocre. Además un buen sustrato garantizará un suministro de nutrientes para que las plantas crezcan sanas durante unas semanas. Y macetas, de 7-11 litros es una buena medida para empezar, aunque el tamaño lo decide cada uno.

De semilla a planta

Germinar las semillas es muy sencillo como ya explicamos en un post que publicamos en nuestro blog de marihuana hace apenas unas semanas, así que nos ahorramos volver a explicarlo de nuevo, simplemente pincha aquí y repasa cómo debes y cómo no debes germinar las semillas.

Una vez las semillas en su maceta con tierra, tan sólo necesitan luz, agua y aire. Asegúrate de que no les falta ninguno de estos 3 factores, ponlas desde el primer momento debajo de la luz artificial, controlando siempre la distancia a la lámpara. Si es una lámpara de sodio mixta o de halogenuros metálicos, a una distancia de unos 50 cm de las puntas de las plantas. Si es de bajo consumo o led, a no más de 10 cm. Una vez comiencen a salir las primeras hojillas aserradas, iremos acercando la lámpara hasta finalmente dejarla a unos 30 cm de las puntas.

La marihuana es una planta fotodependiente, es decir que crece cuando los días crecen, y florece cuando las plantas notan el cambio de foroperíodo y la reducción de horas de luz. En interior, podemos simular con un simple temporizador largos períodos diurnos y noches cortas. Con 18 horas de luz y 6 de oscuridad, las plantas crecen de forma rápida; con 12 horas de luz y 12 de oscuridad, comenzarán a florecer como lo hacen en exterior tras el solsticio de verano cuando los días empiezan a acortarse.

La primera vez no peques y dejes crecer en exceso las plantas antes de cambiar el fotoperíodo de crecimiento a floración. Lo que se suele decir es un mes de crecimiento o cuando las plantas alcancen sobre los 30 cm de altura. Con un poco de experiencia no te será complicado cultivar cualquier tipo de variedad por sativa que sea realizando alguna de las varias técnicas de cultivo. También conforme crezcan las plantas debes ir subiendo la lámpara, manteniendo esos 30 cm de distancia a las puntas.

En cuanto al agua, es un factor tan importante como la luz como ya hemos comentado. Uno de los principales errores del cultivador es no medir el pH. Por muy bien que se haga todo, con la mejor semilla y los mejores abonos, no valdrá de nada si no regulamos el pH. El pH debe estar en torno a 6-6.5 para que la planta pueda asimilar los nutrientes disponibles en el sustrato. Si el pH está por encima o por debajo de lo apropiado, la planta no absorberá alimentos y terminará sufriendo carencias. Muchos problemas durante el cultivo vienen relacionados con el pH.

Por otro lado, tenemos la dureza del agua. La dureza mide la cantidad de sales de calcio y magnesio. A mayor dureza, más concentración de estas sales que aunque muy necesarias para las plantas, en exceso se acumulan en las raíces pudiendo causar un bloqueo de nutrientes. También si el agua es muy blanda sucede la inversa, que aparecen las típicas carencias de Mg, manchas marrones en las hojas.

Lo ideal es un agua ni dura ni blanda, siendo el valor ideal 0,40ml/cm2. Si buscáis en Google información sobre el agua de vuestra zona, seguramente encontréis que calidad tiene. La solución para aguas blandas es usar un suplemento de calcio y magnesio, para las aguas duras es mezclar con agua desmineralizada, destilada o instalar en casa un filtro de ósmosis que no sólo agradecerán las plantas, si no también los electrodomésticos y tú mismo.

Ya hablamos de la función e importancia del aire, así que debemos buscar  una buena fuente de aire fresco constante. Una simple ventana un poco abierta puede ser suficiente para que el intractor fuerce la entrada de aire fresco al interior del armario, mientras el extractor se encargará de expulsar el calor producido por las lámparas y el aire con baja concentración de CO2, siempre lejos de la intracción.

Quizá puedas permitirte renovar el aire con intervalos mediante un temporizador, la temperatura ideal para el cultivo de marihuana en interior son 24º, por lo que ahora que llega el frío se puede llegar a aumentar la temperatura del armario con el calor de la lámpara, ya es cuestión de con un termómetro situado dentro del armario, comprobar a qué intervalos lo podremos poner.

Y terminamos con el último factor importante, que son los nutrientes. Como ya también hemos dicho, un buen sustrato garantizará un crecimiento completo durante al menos 2-3 semanas, así que hasta que se consuman esos nutrientes no necesitaremos ningún abono. Podremos usar estimuladores de raíces, enzymas o algún estimulador de crecimiento, si usamos abonos lo único que conseguiremos será sobrefertilizar la planta.

Cuando veamos que la planta pierde un poco de su verdor, pasadas esas 2, 3 o 4 semanas dependiendo de la calidad del sustrato, empezaremos abonando con la mitad de la dosis que recomienda el fabricante, subiendo poco a poco hasta la dosis recomendada. Comprueba siempre el pH después de añadir al agua los abonos y regúlalo si es necesario. Recuerda que si abonas pero la planta no puede asimilarlo por un pH incorrecto, lo único que conseguirás es acumular abono en el sustrato que terminará bloqueando las raíces.

Con todo ésto, no tendrás problemas de ningún tipo, mantén un buen equilibrio en estos 4 importante factores y tus plantas crecerán fuertes, sanas y rápido. Y no te pierdas nuestro próximo post, donde resumiremos las tareas de mantenimiento y la floración, sin duda la fase más delicada y donde nos jugamos el tener una muy buena cosecha, una cosecha normal o una cosecha mediocre.