Seguramente como consumidor de marihuana, algunas veces has temido que al realizar cualquier tipo de test médico o de drogas, cada vez una práctica más habitual en empresas y/o universidades de todo el mundo, éste arrojase un resultado positivo en consumo de marihuana. Que el cannabis continúe clasificado entre las drogas más peligrosas a estas alturas tampoco tiene mucho sentido, pero mientras que así siga, no queda otra solución que cuidarse.
La marihuana, al igual que todo lo que introducimos en nuestro cuerpo, permanece en él durante un tiempo. En el caso de los alimentos o líquidos, su estancia es muy breve, en el caso de la marihuana y sus metabolitos, permanecen en el cuerpo una media de 7 días. Quiere decir que si te fumas hoy un porro, dentro de una semana tu cuerpo aún contendrá restos de THC, aunque no hayas fumado más en todos esos días.
Al igual que el alcohol, no afecta a todas las personas por igual. Su duración en nuestro organismo también dependerá de muchos otros factores, como pueden ser el hábito o la complexión. Ni tampoco en todos los tipos de análisis se detectan las mismas concentraciones de residuos, mientras que en una prueba de saliva puede dar positivo hasta 12 horas después, en una prueba de orina puede llegar a los 2-3 meses en consumidores empedernidos.
La solución a primera vista parece muy sencilla: beber muchos líquidos que ayuden a diluir estos metabolitos en la orina. Los test de drogas están diseñados para medir cierta cantidad y por debajo del mínimo considerarán negativos, por lo que tampoco sería necesario eliminarlos del todo. El problema está en que algunos laboratorios especializados en este tipo de análisis consideran sospechoso que los niveles de creatinina en la orina sean muy bajos, mandando repetir el test o, en el peor de los casos, considerarlo como positivo.
La manera más rápida de absorción es fumando, y en tan sólo unos 9 minutos los niveles de THC en el torrente sanguíneo están al máximo, cayendo a los 25-30 minutos a niveles más bajos y durante las siguientes dos horas. Luego el THC se extiende por los tejidos y es metabolizado rápidamente por el hígado, siendo los metabolitos los que sí quedan por más tiempo en el cuerpo, principalmente el THC-COOH, que no es lo mismo que el THC en sí. Éste se forma por la descomposición del THC en el hígado y permanece en el cuerpo períodos de tiempo bastante más largos que el THC. Por lo general, un mes después de consumir por última vez, el cuerpo no tiene rastros de THC ni THC-COOH.
Tomar líquidos ayuda, pero en su justa medida. En cambio, una dieta saludable es una muy buena manera de desintoxicarnos. El THC se almacena en la grasa corporal, por lo que no debemos ingerir alimentos grasos, ya que pueden ralentizar la capacidad de desintoxicación o incluso dar lugar a un nuevo ciclo de vida para el cannabinoide. Procura ingerir alimentos bajos en grasa y desintoxicantes, como verduras, fruta, limón, ajo, té… aparte de lo saludable para ti, acelerarán el proceso de eliminación de residuos.
Y puestos a eliminar grasas, nada mejor que hacer deporte y sudar. En este caso cualquier ejercicio cardiovascular es apropiado. No te metas en el gimnasio a hacer pesas o cualquier otro ejercicio de musculación, porque no interesa éso. Interesa más hacer largas caminatas, correr, nadar o subir largas pendientes en bici. Las opciones para los más vagos son saunas o baños turcos, todo lo que sea sudar a mares ayudará a quemar grasa y, con ello, eliminar rápidamente el THC.
Y, por supuesto, aíslate de la marihuana. No tiene sentido que te sometas a una desintoxicación y después aspires «accidentalmente» el humo del porro de un amigo. En pruebas de folículos pilosos, o cabello para que nos entendamos, pueden arrojar falsos positivos incluso en no consumidores, simplemente por habituar una habitación de fumadores. Procura dormir bien, leer, relajarte… conviene evitar sufrir ansiedad y estrés, ya que ciertos estados de ánimo ralentizan los esfuerzos de desintoxicación del cuerpo.
El mercado hoy en día ofrece una serie de desintoxicadores muy eficaces que ayudan, si se usan siguiendo estrictamente las instrucciones, a que ciertos análisis arrojen resultados negativos, desde champús purificantes cuando veamos cerca un análisis de cabello, limpiadores de saliva para los test habituales de saliva, o bebidas con alto contenido en carbohidratos que eliminan las toxinas rápidamente, mejorando la digestión y aumentando el flujo de sangre y orina a la vez que se estimula la secreción de enzimas.