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Contaminación lumínica en el cultivo de marihuana

La contaminación lumínica la definimos como la emisión de flujo luminoso de fuentes artificiales de luz nocturnas en intensidades, direcciones, rangos espectrales u horarios innecesarios para la realización de las actividades previstas en la zona en la que se instalan las luces. Dicho así quizá no nos diga nada, pero en cambio es un problema que afecta a muchos cultivadores de marihuana y no sólo en exterior o al aire libre, si no en ocasiones también a los cultivos de interior.

Si a nosotros la luz de farolas nos permite la vida nocturna, a las plantas les modifica su comportamiento ya que ven interrumpido su fotoperíodo y su fotosíntesis es menos eficaz, afecta al crecimiento y la floración e, incluso al aumento de plagas de insectos o al descenso de insectos polinizadores beneficiosos. A nosotros los cultivadores de marihuana la contaminación lumínica nos afecta especialmente, al tratarse de una especie fotodependiente, es decir que crece cuando los días crecen, y florece cuando a partir del solsticio de verano las horas diurnas descienden.

¿POR QUÉ MIS PLANTAS NO FLORECEN SI YA ESTAMOS EN FLORACIÓN?

Pues sencillamente porque reciben más luz de la necesaria y no llegan a notar la disminución de horas, por lo que sus funciones biológicas seguirán comportándose como si estuviese en crecimiento y sin darse cuenta que el otoño se aproxima.

Pues básicamente el causante son las farolas y demás alumbrados nocturnos, que bien directa o indirectamente, ofrecen la suficiente intensidad lumínica que hace que nuestras plantas de marihuana dispongan de más horas de luz del que realmente hay.

También otra causa pueden ser simples interrupciones del fotoperíodo nocturno, como encender un momento una luz de la terraza o jardín para ver las plantas de noche, hacer lo mismo con una linterna o mismo los flashes de las cámaras de fotos.

Todo ésto supone un estrés a las plantas que puede hacer que no florezcan o puedan aparecer algún platanito en floración, que no es más que una flor macho y una respuesta natural de algunas variedades ante el estrés y que puede arruinarnos una gran cosecha al polinizar los cogollos y llenarlos de semillas.

La luna, por si te lo preguntas, no interfiere en los cultivos. Nuestro satélite lleva iluminando las noches desde que siempre y todas las plantas se han adaptado, regulando incluso los ciclos de crecimiento como ya explicamos en nuestro post sobre el calendario lunar y la agricultura.

La contaminación lumínica, por último, también puede afectar a plantas en floración. Ésto es muy típico en cultivos invernales, cuando detectan el aumento progresivo de luz y puede hacer que vuelvan a estado vegetativo aún cuando tienen ya unos buenos cogollos formados. Veremos como van apareciendo nuevos brotes y la floración se estanca. También en cultivos de interior, un simple fallo en el temporizador puede hacer que nuestras plantas en floración comiencen a revegetar.

SOLUCIONES CONTRA LA CONTAMINACIÓN LUMÍNICA

La principal solución es prevenirla y no darnos cuenta cuando la estamos sufriendo. En exterior los cultivadores seguimos una regla muy sencilla: si eres capaz de leer una revista o periódico de noche y con la iluminación que ofrecen las farolas, la contaminación lumínica es un problema. Durante la fase de crecimiento no nos causará graves problemas así que tenemos meses o semanas para comprobarlo sin que nos pille por sorpresa.

Si puedes permitírtelo, ya que en una terraza o balcón lo que se busca en ocasiones es la máxima discreción, puede montar una malla de ocultación que impedirá la filtración de esa contaminación lumínica , que durante el día puedes quitar si es que oculta también las horas de preciado sol.

Procura evitar visitar tus plantas de noche, así como sacarles fotos aunque quedan preciosas para enseñar a tus amigos o en las redes sociales. Aunque siempre puedes instalar lámparas o linternas de luz verde, ya que las plantas al ser verdes no absorben este tipo de luz y por lo tanto no les afecta lo más mínimo.

Si con todo, no podemos eliminar del todo la contaminación lumínima y creemos que pueda afectarles, siempre podemos optar por variedades autoflorecientes que florecerán independientemente del fotoperíodo. También al ser generalmente de tamaño pequeño y compacto, son ideales para terrazas aunque tengamos una farola justo encima.

En cultivos de interior, la contaminación lumínica es igual de importante. El simple indicador luminoso de cualquier equipo que tengamos dentro del armario puede ser suficiente para crear un ligero estrés que puede afectar a la floración. Si contamos con alguno, lo podemos cubrir con un pequeño trozo de cinta aislante negro. También comprobaremos posibles filtraciones metiéndonos de día dentro del armario y cerrándolo y mirando si por las entradas y salidas de aire o cremalleras se cuela algún rallo de luz.

Si no es posible solucionarlo por cualquier motivo, la mejor solución es hacer coincidir el fotoperíodo luz con el fotoperíodo exterior diurno, la contaminación lumínica al menos interrumpirá sólo un par de horas antes de la puesta o la salida del sol.