Curiosidades

Consejos para conservar semillas de marihuana durante años

Se acerca la temporada de siembra en el hemisferio norte y llega la hora de invertir en semillas. El éxito o fracaso de un cultivo depende en gran medida de la calidad de la semilla y su genética. Podemos usar el mejor sustrato, la mejor gama de abonos y disfrutar del verano más soleado, que si la genética es mediocre, no conseguiremos más que perder meses de cuidados y gastar dinero en productos.

Partir de una buena semilla es sin duda una gran ventaja. Pero tampoco nunca se sabe lo que esconde una semilla hasta que se germina. Grande, pequeña, clara, oscura, rayada, lisa… nunca son indicios de mejor o peor, una semilla no se valora por su exterior sino por su interior, el tamaño o color va en función simplemente de la variedad. Tampoco se diferencia a simple vista semillas feminizadas de regulares, machos de hembras.

Éste es el principal motivo que todos los profesionales y aficionados recomendamos semillas de bancos fiables, con la garantía de que recibirás lo que pides. La piratería no es exclusiva de la electrónica o la moda, y en los últimos años se han descubierto webs fraudulentas destapas por los propios consumidores y en algún caso por algunos bancos de semillas. En Cannabislandia en este aspecto siempre contamos con bancos y semillas de 1ª calidad.

Como decimos, el contenido de una semilla no se puede predecir, fallos genéticos son comunes tanto en plantas como en animales incluidos los humanos. Dentro de toda una población pueden existir ejemplares con características inferiores a la media y otras que sobresalen por unas cualidades únicas. Los bancos de semillas realizan múltiples test a sus semillas para garantizar una buena calidad en la media de plantas, aunque siempre nos podemos encontrar una muy superior que con el tiempo puede convertirse en toda una leyenda. Pero también nos podemos encontrar con una inferior, es algo totalmente normal, aunque lo común no es ni una cosa ni la otra, si no una buena uniformidad.

Es muy común en los cultivadores comprar más semillas de las que se necesitan, simplemente para cubrir algún posible imprevisto o porque la variedad que se antoja no está disponible en paquetes de pocas unidades. O aprovechar alguna buena oferta o stock limitado y adquirirlas cuando aún falta mucho para la temporada de cultivo. A lo largo de la vida del cultivador, se pueden llegar a reunir cientos y cientos de semillas, verdaderas colecciones que si se conservan bien, pueden durar muchísimos años.

Lo que es indudable que las semillas con el tiempo pierden vigor y reducen los ratios de germinación. Aún así, semillas con 15-20 años de edad pueden germinar con unos buenos porcentajes del 60%, excelente teniendo en cuenta las joyas que se han podido conservar de los años 80 y 90, y las que podamos conservar ahora para dentro de otros 20. En semillas de menos de 5 años, se podría decir que prácticamente es del 100%. Así que no os dé miedo aprovechar la ocasión que se presenta para reunir semillas, incluso de cruces propios o de amigos. Solamente ten en cuenta estos 3 importantes consejos fundamentales y uno más de regalo.

  • Vigila los excesos de humedad. Las semillas mojadas o ligeramente húmedas comenzarán a germinar, incluso dentro de su envase o blister. No manipules con las manos mojadas las que después quieras conservar y vigila los ambientes húmedos. Los hongos no dudarán en aprovechar estas condiciones. Una buena opción es conservarlas con unos granos de arroz, que absorberá la humedad ambiente.
  • Vigila la temperatura. Las altas temperaturas pueden dañar las semillas o cocerlas en el peor de los casos. El calor también favorece la germinación, por lo que tampoco decidas conservarlas en un lugar donde se puedan llegar a alcanzar estos extremos. Lo ideal es conservarlas entre 5 y 7 grados centígrados, la puerta del frigororífico es un lugar de lo más indicado. Un cajón en una habitación fresca y seca, tampoco está mal.
  • Vigila la luz. La oscuridad hace que las semillas permanezcan en estado latente, mientras que la luz puede dañar y disminuir poco a poco la salud de las semillas y su poder de germinado. Los botes de las cada vez menos habituales cámara de fotos de carretes, siguen siendo unos contenedores perfectos por su color negro y su buen cierre hermético. Si no siempre podemos recurrir a cualquier otro pequeño bote de conservación.
  • Identifica las semillas. Usa buenas etiquetas con un bolígrafo o rotulador permanente, incluso pon una fuera del contenedor y otra dentro. Cuenta que se podría despegar o borrar el nombre, encontrándonos con un montón de botes o blisters sin identificar. No sería un problema cuando se tienen 2 o 3 variedades, sí cuando la colección ya cuenta con decenas de genéticas.

Lo más importante como vemos es cómo y donde conservarlas. Si no dispones de unos buenos botes herméticos, puedes usar unas bolsitas de cierre zip, más fáciles de conseguir. Unas pajitas para beber, quemadas en los extremos para cerrarlas bien, también pueden ser un buen lugar improvisado. Por supuesto los mismos blisters o cajas, si las semillas vienen en alguno de estos formatos.