Continuando con nuestros consejos de cultivo y una vez hayamos cortado nuestras plantas siguiendo las recomendaciones que hemos dado en nuestra anterior publicación dedicada a la cosecha, vamos a centrarnos ahora a qué hacer con los cogollos recién cortados para disfrutar y sacar el máximo partido a todo el dinero y esfuerzos invertidos durante todos estos meses atrás.
Lo primero que debemos considerar es si queremos manicurar antes de secar los cogollos o una vez secos y éso dependerá del gusto del cultivador, aunque nosotros recomendamos hacerlo antes de secar la hierba. Manicurar es quitar todas la hojarasca de la planta hasta dejar los cogollos limpios, ya que lo que realmente nos interesa es la flor, no las hojas. Para ésto debemos usar unas tijeras bien afiladas. Todas las hojillas próximas a los cogollos las podemos guardar y secar en una caja de cartón para usarlas para futuras extracciones, pues siempre tienen una buena cantidad de resina que es muy aprovechable incluso para hacer algún postre infusionándolas en leche previamente.
El mejor secadero debe ser un sitio oscuro, ligeramente ventilado y seco, ya que son los factores más importantes que nos garantizarán que las flores no sean atacadas por hongos y que tanto la potencia, como los aromas y sabores serán los mejores. Un armario de secado como DARK DRYER, con bandeja de secado incorporada y la posibilidad de montar un extractor, es el lugar más indicado y profesional, aunque cualquier habitación o pequeño habitáculo donde podamos poner unos cordones para colgar boca abajo las ramas también es muy buena opción, siempre controlando tanto la humedad como la ventilación y si es posible la temperatura.
Un buen secado ha de ser lento, siendo lo ideal unas 3-4 semanas. Durante ese tiempo se suceden reacciones químicas que influyen de forma determinante en la calidad y sabor del producto final a la vez que la clorofila se va degradando, algo que agradecerán nuestras gargantas. Iremos comprobando cómo trascurre el proceso, palpando los cogollos y abriendo los más densos ligeramente con los dedos para comprobar que no haya hongos, pues se propagan con gran rapidez. Cuando al tacto los notemos crujientes y con una ligera presión los pequeños tallos se partan en vez de doblarse, será el momento de pasar a la última fase importante antes de poder degustar el fruto de todos estos meses dedicados al cuidado de nuestras plantas y que es el curado y que trataremos en nuestra siguiente publicación. Y si eres un impaciente, cosa muy comprensible cuando no se dispone de marihuana de calidad y tenemos ante nosotros toda una cosecha, vete al menos fumando los cogollos más pequeños y deja que lo mejor se cure, verás como gana en sabor y potencia.