Cheese es una de esas variedades que todo cultivador debe probar al menos una vez en su vida, no sólo por ser una de las genéticas más legendarias y gracias a la cual podemos hoy en día disfrutar de decenas de grandes híbridos que en mayor o menor medida heredan sus mejores virtudes, sino porque se trata de una de las plantas más deliciosas y espectaculares de la historia.
Sus orígenes nos llevan a Reino Unido cuando, en el año 1988, un colectivo conocido con el nombre de Exodus seleccionó un clon de un cultivo de Skunk#1 de Sensi Seeds que estaban realizando y que, rápidamente, llamó la atención por su apestoso olor a queso, en lugar del típico olor almizclado de la Skunk. Este clon se conoció con el nombre de UK Exodus Cheese y, poco a poco, se fue distribuyendo a diferentes criadores y propietarios de bancos de semillas, que no dudaron en usarlo como base para nuevas creaciones.
Aún hoy en día, en el cultivo de Skunks de Sensi Seeds o Flying Dutchmen especialmente, los que conservan genéticas originales, es posible encontrar algún ejemplar con toques a queso, aunque es prácticamente improbable dar con una planta que muestre un sabor tan marcado y contundente como el de la Cheese. Se trata de una variedad 100% Skunk y que sigue el patrón de cultivo de cualquier Skunk, un referente en cuanto a cultivos sin complicaciones y con unos rendimientos siempre impresionantes.
Skunk es la variedad más influyente de la historia, desarrollada por Sam the Skunkman en Estados Unidos y terminada de pulir en Holanda. Se trata de un híbrido estabilizado, cruce de dos potentes sativas como son Colombian Gold y Acapulco Gold, y una resinosa índica Afghani, trabajadas durante años hasta dar al final con la variedad perfecta y que rápidamente se adueñó de los cultivos de EEUU. Tras el salto de Sam a Europa y con él sus genéticas, son varios los bancos que reciben entre otras la Skunk y que comienza a ser pieza fundamental en los nuevos proyectos de crianza.
Skunk fue y sigue siendo una de las variedades más fiables y potentes, casi 4 décadas después de la primera Skunk que se pudo comprar. Las grandes selecciones se cuentan por docenas y, sin duda, la más conocida y famosa es la Cheese. El motivo de su característico olor a queso son sus terpenos, moléculas volátiles que también se encuentran en frutas, hierbas o especias, y que dotan a cada una de su olor y sabor característico. Entre los casi 200 terpenos nos encontramos con el linanol, presente también el la lavanda, limoneno presente en el limón… Una serie de ácidos presentes en determinados terpenos, el caprílico y el hexanoico en concreto, también están presentes en la leche de algunos mamíferos y en las grasas animales.
Sea en interior o en exterior, Cheese es siempre una apuesta segura. Bajo luz artificial tiene un comportamiento excepcional, lo que cualquier cultivador, tanto principiante como veterano, desea de una variedad. De crecimiento fuerte pero contenido, floración rápida y un período de floración relativamente corto tratándose de un híbrido índica/sativa, en torno a 8-9 semanas. Al aire libre es una planta que muestra una estructura típica Skunk, con una elegante forma de árbol de navidad, de hojas verde oscuro y una producción muy elevada. Como decimos, es todo un referente en cuanto a resistencia y facilidad de cultivo. Pocas genéticas aguantan tanto el ataque de plagas y los malos hábitos de los cultivadores como una Skunk.
Cuesta imaginarse una hierba con sabor a queso y alucinar cuando a continuación se escucha deliciosa. Sólo quien la haya probado estará de acuerdo con esta afirmación, su sabor engancha y se disfruta en cada calada. Al igual que otras grandes genéticas como Blueberry o Haze, su descendencia siempre conserva ese toque a queso curado. También destaca su fuerte olor a queso, llegando a ser incluso más apestosa que la propia Skunk. En interior, si no es con un buen sistema antiolor, se hace muy complicado disimular su olor, que se filtrará a todas las habitaciones de la casa y puede que incluso, fuera de ella.
Los efectos de Cheese son fuertes y equilibrados como buena Skunk, la típica hierba para disfrutar durante el día, que llena de positividad y posiblemente anule o disminuya alguna de nuestras capacidades. Tiene un inicio fuerte y cerebral, dominada por su influencia sativa, con una bajada lenta hacia una relajación que, sin impedir desarrollar cualquier actividad, sí que es muy fácil que nos haga intentarla en una segunda ocasión tras el fracaso del primer intento. La concentración no es algo que consigamos dominar bajo sus efectos.
A la hora de buscar en el mercado de semillas una buena Cheese, debemos tener en cuenta que al ser una variedad clon, la gran mayoría de Cheese son feminizaciones de este clon. Aparte, partiendo de este clon, algunos criadores han intentado, mediante cruces, conservar gran parte de sus características, como por ejemplo cruzarla con algún macho Skunk con el fin de mantener toda la genética Skunk. Algunas de las que más triunfan entre nuestros clientes son las siguientes:
Exodus Cheese de Greenhouse Seeds es un buen ejemplo de buena Cheese, una descendiente directa del famoso clon UK Exodus Cheese únicamente en versión feminizada.
Original Cheese de Paradise Seeds desciende también del clon original, una variedad feminizada que cumple con absolutamente todos los estándares de una buena Cheese.
Blue Cheese de Dinafem reúne una apestosa Cheese con una deliciosa Blueberry. Sabor a tarta de queso que se disfrutan en cada calada y unos efectos igual de contundentes.
Champion de Heavyweight Seeds es otra gran versión de la UK Cheese que destaca por su enorme producción de cogollos muy resinosos y de un volumen espectacular. Toda una campeona.