Es habitual comprar más semillas de marihuana de las necesarias y conservarlas para futuros cultivos. Por unas cosas u otras en unos años cualquier cultivador hará acopio de una gran cantidad de semillas que si no son conservadas correctamente, año a año van perdiendo potencial de germinación.
Además debemos tener en cuenta que tratamos con un ser vivo encapsulado de la cual es impredecible saber su comportamiento. Del mismo modo como nos podemos encontrar con una super planta, puede que alguna semilla no germine. Es del todo normal
En los primeros días de cultivo es habitual que las plantas se estiren. A principios de primavera que es cuando se comienza la temporada en exterior, los días aún no se han estabilizado y las lluvias o nubes son impedimento para que las plantas reciban la cantidad de sol necesaria. Un espigamiento excesivo, puede causar la caída de la planta.
Evitar el espigamiento es complicado si no es con gran cantidad de horas de sol o luz artificial. Es más sencillo corregirlo no usando toda la capacidad de la maceta, sino rellenando de sustrato a medida que la planta va creciendo. En los primeros trasplantes también podremos corregirlo.
Las plagas se pueden presentar en cualquier momento. Están en su casa, cultivamos una planta atractiva para ellos y pueden llegar por tierra y aire. Los hongos se deben más a condiciones climáticas, humedad ambiental, falta de ventilación e incluso malos hábitos de cultivo como excesos de riego o pulverizaciones en floración.
Siempre es más fácil prevenir que curar. Usar preventivos a lo largo del cultivo como jabón de potasio, aceite de neem o tierra de diatomeas, evitará que las plagas se instalen en las plantas. Contra los hongos, son efectivos los organismos y bacterias beneficiosas como micorrizas y trichodermas.
En todo cultivo, tarde o temprano las plantas demandarán nutrientes. Normalmente lo podremos solucionar con un trasplante a una maceta de mayor tamaño y con una buena cantidad de un buen sustrato. En pocos días las plantas recuperarán su buen aspecto habitual.
En otras ocasiones las carencias se deben al tipo de agua de riego. Son muy habituales las carencias de calcio y magnesio cuando se usan aguas blandas. Y también las carencias de otros nutrientes derivados del exceso de sales de calcio y magnesio cuando se usan aguas duras.
En el lado opuesto a las carencias, están los excesos. Los rendimientos más grandes se consiguen llevando las plantas al límite de la sobrefertilización. Pero la línea es muy delgada y las plantas pueden tardar muy poco tiempo en mostrar quemaduras en sus hojas.
Una sobrefertilización leve se puede llegar a solucionar bajando las dosis de abonos o espaciando los abonados. Una sobrefertilización severa requiere de un lavado de raíces, tras lo cual la planta quedará bastante debilitada y los riesgos de morir serán altos.
Son varios los factores de estrés que pueden hacer que una planta hembra produzca flores masculinas. Es una respuesta natural que tiene esta especie y diferente a lo que vulgarmente conocemos como plantas hermafroditas. Aunque también es cierto que una planta hermafrodita es más propensa a mostrar los dos sexos en condiciones de estrés.
Excesos de nutrientes, escasez de riegos, plagas, heridas, luces nocturnas o interrupciones del fotoperíodo son algunos de estos motivos. Ésto sólo se soluciona con dedicación, revisando que las condiciones de cultivo sean las más apropiadas.
En España el cultivo es ilegal. Y aunque no se suele perseguir al cultivador, éso no impide que si la Guardia Civil, Policía, Seprona, etc, se cruzan con una planta a la vista, procedan con una denuncia o la arranquen o investiguen quién puede ser el propietario.
La discreción es fundamental. Siempre conviene intentar divisar nuestro cultivo por dónde cualquier otra persona podría divisarlo, como caminos, muros, claros en la maleza… Por las alturas también vienen las amenazas, y contra los helicópteros se pueden usar mallas de sombreado o flores artificiales para hacer pasar nuestras plantas de marihuana por otra especie.
Los curiosos no son tan peligrosos como los de verde. En ocasiones son inofensivos y si se encuentran un cultivo en guerrilla, dan la vuelta y se van. Otros arrancan o pisotean las plantas por el simple hecho de que no les gusta. La ventaja es que no te ponen una multa.
Entre los curiosos se encuentran senderistas, cazadores, buscadores de setas, cicloturistas, maderistas… no se puede generalizar, como decimos, pero en su mayoría es raro que si reconocen la planta, simplemente se alejen. La discreción será siempre la mejor aliada, aunque a veces no es suficiente.
Cuando se acerca la cosecha, todo cultivador desea buen tiempo, con días soleados que permitan a las plantas madurar hasta que los cogollos alcancen los niveles máximos de THC. Cualquier lluvia en esos días, pueden hacer que los hongos se lleven parte de la cosecha.
Siempre conviene tener la vista en el cielo y estar al tanto del pronóstico del tiempo en nuestra zona. Es preferible cosechar la planta 3 o 4 días antes de los esperado, que se vean sometidas a las lluvias, con todo lo que ello puede suponer.
Son una de las peores plantas. Y también cada vez más común. Aquellas «personas» que sin necesidad de cultivar, obtienen buenas cosechas. Además han aprendido a ser pacientes y esperar el momento apropiado para cortar plantas ajenas y llevárselas, es decir cuando ven que la cosecha se acerca.
Contra esta plaga toda precaución es poca. En muchas ocasiones no son gente desconocida, así que mucho cuidado de hablar sobre nuestro cultivo con cualquiera, por muy amigo que sea. Nos evitará muchos disgustos, además de tomar las medidas de discreción convenientes.
