¿No sabes que hacer estas vacaciones de verano? Si tienes un cerdito de barro lleno de ahorros, te sugerimos 10 destinos turísticos que un buen amante de la marihuana debería visitar. Si estás más tieso que la rodilla de un clic de Playmobil, siempre te queda fumarte un buen porro que te permita viajar bien lejos sin moverte del sofá.
- Ya que nosotros partiremos desde España, nada mejor que empezar por Barcelona, la capital española del cannabis con más de 200 clubs de marihuana abiertos a socios, casi la mitad de los que hay en el resto del territorio y en número aproximado al de coffee shops que hay en Amsterdam, siempre salvando las distancias entre las licencias que se permiten unos y otros. El consumo y tenencia en la vía pública acarrea sanciones, pero siendo socio de un club o yendo acompañado por un socio no se tendrá problemas en disfrutar de la rica marihuana española.
Una vez contentito te puedes perder por la ciudad y visitar La Sagrada Familia, el Barri Gotic, el Portal de l’Angel, Plaça Catalunya, Las Ramblas, El Mercat de la Boquería o el barrio de la Barceloneta con el mar Mediterráneo de fondo. Los amantes del fútbol no pueden dejar de hacer una visita al Camp Nou y ver sus sólo 5 Copas de Europa. Y apurando al aeropuerto que perdemos el avión.
- Holanda es nuestro próximo destino, la cuna europea del cannabis recreacional. Los coffee shops abundan en todo el país y en especial en Amsterdam, la capital. Ya al bajar del avión notaremos un inconfundible aroma a marihuana. O quizá no, cosas del subconsciente y la sugestión. Pero no tardaremos nada en estar en el centro del meollo y rodeado de coffees por todos lados. No dejan de ser un bar normal donde podemos pedir un cigarrito de la risa y fumarlo tranquilamente en una mesa. De alcohol nada de nada, como mucho en alguno se puede encontrar cerveza sin alcohol.
Además Amsterdam es una ciudad preciosa, con canales, casas flotantes y muchísimos lugares de interés, desde el famoso Barrio Rojo al Hortus Botánicus, uno de los jardines botánicos más antiguos de Europa que data del 1638. El Mercado de las Flores, la iglesia Oude Kerk, la zona de Leidseplein llena de artistas callejeros o la Heineken Experience, una exposición interactiva dedicada a la historia que rodea a la prestigiosa marca de cerveza.
- El siguiente vuelo nos lleva al paraíso del reggae, Jamaica. No es el típico destino caribeño para el turista español, donde su idioma es un poco complicado de entender, una mezcla de inglés y africano heredado de los esclavos cuando no querían que los blancos se enterasen de sus conversaciones. Lo que sí entienden es ganjah y reggae. Son gente feliz y desde que el gobierno ha legalizado la marihuana, incluso en los aeropuertos han puesto recientemente máquinas expendedoras de marihuana. Uno no tarda en comprender por qué son tan felices y la música fluye de ellos con tanta alegría y arte.
Visita obligada es el mausoleo de Bob Marley, aunque el viaje puede ser largo y tedioso. Por un módico precio podemos conseguir un guía que nos lleve en coche, nos invite a toda la marihuana que quieras y nos deje en el corazón del Monte Sion, donde está la casa y la tumba de Bob. Es un sitio especial y si te abstraes un poco realmente te das cuenta de donde estás, te transmite algo extraño. Dicen que el espíritu de Bob vive allí, en su tierra prometida. Montado un poco como negocio, se puede visitar la tumba de Bob y su familia, y sentarte en la cama donde engendró a sus 11 hijos. Famosas son también las cascadas de Dunn’s River de 8 ríos, para refrescarse del calor del sol y los porros.
- Sin movernos del continente americano pero siguiendo cruzando el Atlántico ponemos rumbo a Canadá, donde Vancouver es la ciudad canadiense que se ha ganado el título de epicentro a favor de la lucha por la legalización del cannabis. Las autoridades se suelen centrar más en el narcotráfico que en el consumidor, y a pesar de que su uso recreativo aún está prohibido, se suele hacer la vista gorda y es usual ver gente fumando porros en las playas, parques y plazas. Ésta ciudad costera de la Columbia Británica, provincia famosa por sus cultivos de cannabis, tiene numerosos establecimientos donde se puede fumar marihuana similares a los coffees holandeses.
Tiene una extensión un poco mayor que la de EEUU y una población 10 veces menor. Siendo el segundo país más grande del mundo por detrás de Rusia, perderse en Canadá y conectar con la naturaleza es muy sencillo. Las Cataratas del Niágara, el Parque Nacional de Banff, el Lago Louise, el Parque Nacional de Jasper, el Lago Manchado, el Parque Nacional Nahanni donde se encuentran el Río Nahanni Sur, las Catataras Virginia, termas de sulfuro, tundra alpina y bosques de abetos…
- Y ya que estamos en la Columbia Británica, a tiro de piedra tenemos Estados Unidos para visitar. Lo de tiro de piedra es un dicho, no nos acerquemos a la frontera con el estado de Washinton lanzando piedras porque los yankis en temas de invasiones son un poco susceptibles. Este estado es uno en los que la marihuana es legal y cualquier persona mayor de 21 años puede consumir cannabis en un espacio privado, cultivar seis plantas y poseer hasta 56 gramos. Sin embargo la compra y venta de cannabis recreativa sigue siendo ilegal. Si nos vamos hasta Colorado, nos encontramos con el primer mercado público de marihuana de Estados Unidos donde si queremos, habrá una furgoneta esperándonos llena de maría para hacer un tour cannábico por la ciudad, incluyendo grandes cultivos y dispensarios de marihuana.
Visitar el Gran Cañón del Colorado, el Jardín de los Dioses, el Parque Nacional de las Montañas Rocosas, el Museo Nacional del Aire o las increíbles Balcony House en el Parque Nacional de Green Table, son algunas de las actividades con las que pasar las horas de vuelo a causa de algunas de las genéticas más legendarias de Estados Unidos como la OG Kush, y tomar un respiro a mitad de nuestras vacaciones.
- De nuevo necesitamos un avión para seguir la ruta, a no ser que queramos cruzar el hemisferio hasta Uruguay, el primer país ha llevado a cabo una regulación completa de la marihuana, tanto medicinal como recreativo. En Uruguay ahora se permite tanto el autocultivo como recientemente la venta en algunas farmacias. No se castiga la posesión ni el consumo y también hay clubes sociales de cannabis en los que los socios cultivan y fuman tranquilamente sus cosechas.
Las playas de Uruguay son espectaculares. Cabo Polonio, Pocitos en Montevideo, el Barrio Historico o la Calle de los Suspiros en la del Colonia Sacramento o el mirador de Punta Ballena son lugares que visitar al mismo tiempo que disfrutamos de unos sabrosos canutos. Éso sí, la venta legal está restringida a ciudadanos uruguayos que hayan solicitado una licencia.
- Esperemos que no hayas agotado las energías y tu cabeza a estas alturas siga en buenas condiciones. Cambiamos de continente y nos vamos volando a Oceanía, donde muy cerca de la costa este de Australia hay un pueblo llamado Nimbin donde sobrevive una comunidad hippie desde 1973, siendo la población más alternativa y autosostenible de Australia, donde la contracultura cannábica se respira en el aire. Nimbin se encuentra en las montañas, es un pueblo muy pequeño, en el que el consumo de marihuana está permitido. Hay una pequeña comisaría de Policía en la calle principal y no faltan las cámaras de vigilancia, pero como si no estuviesen allí.
Vale la pena caminar por sus calles, entrar en las tiendas alternativas y Grow Shops. Las fachadas de todas las casas e incluso los autobuses públicos y algunos coches están pintados de llamativos colores. También puedes visitar las Islas Whitsundays en el estado de Queensland, el desierto australiano en los estados de Western Australia y Northern Territory o el parque nacional de Kakadu en el estado de Northern Territory.
- En nuestro viaje no nos podemos olvidar de las sativas, y ya que estamos en Australia vamos a dar el salto a Laos, un país sin salida al mar que limita con Birmania, China, Vietnam, Camboya y Tailandia, cuna de algunas de las sativas asiáticas más potentes junto a las vecinas Thais. Vang Vieng es una ciudad turistica en la Provincia de Vientián, situada junto al río Nam Song, que ha adquirido una gran fama por el turismo de mochileo y conocida por los occidentales como la versión salvaje de Ibiza, donde abunda el alcohol y la marihuana baratos. En cuanto a la marihuana no cabe duda de su calidad, en cuanto al alcohol, casero en la mayoría de casos, es como trilita, altamente explosivo.
Laos es un país para perderse y aspirar cultura budista, que incitan a la reflexión y relajación, a pesar de que sus sativas invitan a no estarse quieto. Lleno de templos, ruinas, marihuana y gente muy amable, enseguida se comprende porque a pesar de ser uno de los países más pobres de Asia no necesitan mucho para alcanzar la felicidad.
- Ya casi vamos terminando y de vuelta a casa tenemos que hacer una parada obligatoria en Nepal, lo que será un paraíso para los amantes del buen hachís y de la buena marihuana, aunque desde 1973 es ilegal. Este pequeño país a las laderas del Himalaya fue un paraíso para los hippyes en la en la década de los 60 y 70, donde se vendía con total normalidad marihuana en la famosa Calle Freak de Kathmandú. Hoy la policía suele hacer la vista gorda ante el consumo, centrándose más en el narcotráfico. Además está bastante implantado el la religión y defienden los derechos religiosos de los sadhus. Los extranjeros si tienen un problema, algo bastante inusual, con un pequeño soborno se soluciona.
Como la discreción es importante, siempre podemos darnos un paseo por la capital Kathmandú y sobrarán tiendas donde a un precio absurdo podemos comprar unos cogollos de la mejor marihuana y hash que hayamos podido probar. Muchos rastas sadhus ofrecen de fumar gratis si se quiere unir a ellos en los templos.
- Y ya nos montamos dispuestos a recorrer varios miles de kilómetros hasta casa. Pero nos queda un último destino. No podemos dejar de pisar África y la vecina Marruecos es para los amantes del hachís lo que Argentina para los amantes de los asados. Es el país que produce y exporta más hachís de todo el mundo. La ciudad de Chaouen o Chefchaouen es especial, es un pueblo singular donde los marroquís ofrecen hachís cada dos pasos. Fumar es ilegal, pero por ser uno de los destinos famosos por su tradición de hash, las autoridades siempre están mirando para otro lado y en todo caso con una moneda siguen su camino. Si aquí no encontramos maría o hash, es porque ya vamos muy fumados.
Aproximadamente Marruecos produce un 70% del hachís del mundo, y el 95% sale de la zona de Ketama, localidad situada en las montañas del Rif. Famosos son los tambores de Ketama, el método usado por los productores de hachís golpeando los cogollos sobre un cedazo colocado sobre una especie de tambor. Hectáreas y hectáreas de marihuana, una locura por muchas veces que se vea.
Y todo lo bueno se termina, podemos cruzar a España en un ferry y dar por concluída nuestra vuelta al mundo. El síndrome post vacacional puede ser terrible, pero… ¿Qué, nos vamos?
Foto/s: Cañamo | La Marihuana